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Cambrias: maravilloso invento

Cuando estas orquídeas híbridas, nacidas del cruce de especies de distintos géneros en los invernaderos holandeses, aparecieron en los centros de jardinería se impuso el nombre de un cultivar como denominación de todas: cambria, para simplificar. Sus señas de identidad: abundantes varas llenas de pequeñas flores de los más diversos colores, pseudobulbos y largas hojas verdes.

Las cambrias se lucen tanto en solitario como en grupos. Sus flores son pequeñas, pero numerosas; duran entre uno y dos meses. No necesitan ser cultivadas en un tiesto transparente como las Phalaenopsis. Copyright: Oficina Holandesa de Flores y M. Losseau

Flores pequeñas, algunas perfumadas, pero siempre muy abundantes, a lo largo de numerosas varas que nacen de pseudobulbos rematados con largas hojas verdes. Las cambrias suman sus singulares combinaciones de colores, formas y raros dibujos a la colección de orquídeas de interior.

Verás cambrias en flor en todas las estaciones; algunas pueden florecer incluso dos veces al año. Necesitan un lugar luminoso, aunque fuera del sol directo, especialmente en invierno, y semisombra en verano.
Al igual que las Phalaenopsis, Cymbidium (ver ficha) y Dendrobium (ver artículo) que se venden en los centros de jardinería, son de fácil cultivo, en su mayoría dan flores todo el año, y la floración dura un promedio de ocho semanas. Hay, sin embargo, algo que distinque a las cambrias de estas otras orquídeas: no existen como género, son híbridos obtenidos en invernaderos holandeses a partir del cruzamiento de Odontoglossum (orquídea Tigre), Oncidium y Miltonia, entre otras. Cambria es un nombre fácil de recordar, tomado del híbrido intergenérico ‘Vuylstekeara Cambria’.

Algunos cultivares de cambrias

Entre los numerosos cultivares de cambrias destacan:

‘Jungle Monarch Everglades’, de flores de cuatro centímetros que huelen levemente a chocolate, y combinan marrón con verde en los bordes y labelo blanco con mancha roja.

‘Hansuelli Isler’, de varas de 60-80 centímetros, con flores amarillas punteadas de marrón.

‘Bob Cat’, con flores de pétalos marrones ribeteados de amarillo y labelo rojo púrpura, a lo largo de tallos de 70-90 centímetros.

‘Barthley Schwarz’, de flores rojas con un ancho labelo blanco.

Las más raras

‘Stars and Bars Flying High’ y ‘Wild Cat’ presentan flores manchadas en tonos marrones y amarillos. Las flores de la primera parecen grandes insectos con un extraño patrón moteado; las de la segunda recuerdan la piel de los felinos salvajes, como dice su nombre.

‘Bloodshot’, literalmente mancha de sangre, luce pequeñas flores de cuatro centímetros en dos tonos rojos con pequeños toques amarillos; a su belleza suma la ventaja de florecer dos veces al año.

‘Nelly Isler’ es una de las más conocidas y llamativas por sus flores de color rojo intenso con un leve punteado amarillo sobre todo en el labelo, y agradable perfume. También florece dos veces al año.

Peggy Ruth Carpenter’ es una variedad de pétalos y sépalos acabados en punta, con diversos clones; las hay de tonos lisos, pero también punteados.

También existen cambrias blancas, como ‘Tahoma Glacier’, de grandes flores de nueve centímetros con raras manchas rosadas en el corazón, y ‘Bouselle Blanche’, de flores más pequeñas (cinco centímetros), con mancha central entre marrón y amarilla. ‘Samourai’ florece en blanco y burdeos.

En general, las cambrias florecen todo el año, excepto ‘Samourai’, que lo hace de enero a julio, y ‘Wild Cat’, ‘Bloodshot’ y ‘Peggy Ruth Carpenter’, de septiembre a noviembre.

CÓMO SE CUIDAN LAS CAMBRIAS

• Situación: Deben cultivarse en el interior, en un lugar luminoso aunque fuera del sol directo. Necesitarán mucha luz en invierno y semisombra en verano.

 • Temperatura: Entre 18 y 24 grados en verano, y 18 y 22 en invierno.

 • Riego: Por inmersión en agua tibia (máximo 10 minutos) preferentemente, una vez cada 5-7 días en verano y cada 7-10 días en invierno. Hay que dejar que escurra unos 10 minutos, ya que el sustrato debe quedar húmedo pero no empapado, y se debe evitar el encharcamiento en la base del tiesto. Si el agua de riego es de lluvia, mejor; como sucede con todas las orquídeas, las aguas calcáreas no favorecen a las cambrias. Agradecerán las pulverizaciones frecuentes con agua en los meses más cálidos, siempre que no se mojen las flores. Durante el período de refloración el régimen de riego debe variar (ver columna de la derecha).

 • Abono: Les vendrá bien un aporte mensual de fertilizante para orquídeas en verano y cada dos meses en invierno.

 • Trasplante: Cada dos o tres años han de cambiarse de tiesto (no debe ser transparente, como se recomienda para epífitas como las Phalaenopsis). Se puede hacer en cualquier momento, excepto en verano, y mejor si es después de la floración. Necesitarán un sustrato especial para orquídeas que permita una buena aireación de las raíces.

Más información sobre orquídeas:

• Orquídeas, misteriosa seducción, Verde es Vida nº48, pág. 22 (ver)

• Cómo cuidar las orquídeas, Verde es Vida nº66, página 46 (ver)

Oncidium (ficha), Verde es Vida nº54, página 36 (ver)

• Cymbidium (ficha), Verde es Vida nº63, página 42 (ver)

• Descubrir las ‘Dendrobium’, Verde es Vida nº60, pág. 34 (ver)


  • Cómo incentivar la refloración
    Cómo incentivar la refloración

    Una vez que se han marchitado y secado todas las flores conviene cortar el tallo floral desde la base, ya que, al contrario de las Phalaenopsis por ejemplo, la cambria no volverá a emitir flores; ni siquiera surgirá un nuevo tallo del mismo brote.

    La planta emitirá nuevos brotes, que darán lugar a nuevos pseudobulbos. Una vez que estos órganos de reserva se vean bien llenos y duros habrá que disminuir la aportación de agua durante unas ocho semanas (un riego cada dos semanas será suficiente).

    Contribuirá a la refloración el que durante ese periodo se lleve a la cambria a un lugar más fresco (16-17 grados), aunque siempre luminoso.

Reportaje completo nº 65 >> página 38