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Guisantes: las perlas más dulces del huerto

El guisante es una delicia gastronómica que puedes cultivar fácilmente en tu huerto familiar o incluso en un contenedor en una terraza soleada. La infinidad de variedades que existen te permitirá elegir la que mejor se adapte a tus posibilidades. Aquí te contamos las claves de su cultivo. El comienzo de la primavera marca en muchas zonas el final del período de siembra, así que ¡todavía estás a tiempo!

En los huertos de cierto tamaño, las mallas o enrejados son lo óptimo para guiar el desarrollo de los guisantes de enrame. Copyright: iStockphoto

El guisante (Pisum sativum) es una hortaliza relativamente sencilla de cultivar en el huerto urbano o en un contenedor. Sigue los siguientes consejos:

• Exposición: Lo más soleada posible.

• Sustrato: Aunque es capaz de adaptarse, prefiere los suelos sueltos y bien drenados.

• Abonado: Los guisantes, como las demás leguminosas, son capaces de fijar el nitrógeno del aire, por lo que no es necesario aportar fertilizantes altos en este elemento. Sí necesitarán, en cambio, un aporte de fósforo y potasio. En el laboreo previo a la siembra puedes añadir abono orgánico (compost o humus de lombriz), que al ser complejo proporciona a las matas todos los elementos nutritivos que precisan para su correcto desarrollo.

• Riego: Depende de la época en que se siembre. Durante el invierno y la primavera temprana deberás regar solo en caso de sequía. Con la llegada del calor tendrás que empezar a aportar agua cuando observes que el sustrato se seca; cuando salgan las flores y durante la fase de producción de la planta el riego debe hacerse con regularidad. En el cultivo en contenedor es necesario regar más a menudo ya que la cantidad de sustrato es limitada. Los guisantes son propensos a las enfermedades por hongos; evita que se mojen las hojas —y retrasa la aparición del oídio— regándolos por goteo localizado. También es muy importante evitar el encharcamiento.

• Acolchado y protección contra el frío: Acolchando el pie de las matas con materia orgánica (paja, restos de poda triturados…) conseguirás defenderlas del frío y el calor excesivos, mantendrás el sustrato húmedo más tiempo y frenarás la proliferación de malas hierbas. Durante el otoño y el invierno será necesario proteger las plántulas del frío.

• Siembra: Los guisantes se pueden sembrar desde el otoño hasta el comienzo de la primavera, según la región climática. El momento de la siembra determinará también la época de cosecha: las más tempranas darán frutos a finales de la primavera, y las más tardías en verano. También se pueden sembrar en mayo para cosecharlos en noviembre. Los guisantes se siembran directamente en la tierra, a razón de 4-5 semillas por golpe. Los golpes se deben separar unos 30-50 centímetros, según la variedad.

Los guisantes se pueden sembrar desde el otoño hasta el comienzo de la primavera, según la región climática. El momento de la siembra determinará también la época de cosecha.
Los de enrame se pueden sembrar a ambos lados de un lomo a tresbolillo, es decir, en líneas paralelas aunque desplazadas, de forma que cada planta se sitúe entre dos plantas de la línea siguiente, formando triángulos.

En la columna de la derecha te recomendamos tres variedades para el huerto urbano.

• Entutorado: Cuando las variedades de enrame hayan crecido un poco y aparezcan los primeros zarcillos deberás colocar unas cañas en forma de tipi a lo largo de la plantación, uniéndolas en el extremo superior y reforzándolas con cañas transversales tanto en la cruz como a unos 20 centímetros de altura. En las de mata baja no es imprescindible el entutorado porque su desarrollo vegetativo es menor.

• Cosecha: Los guisantes se deben cosechar regularmente en cuanto entren en producción. Espera que el grano engrose pero nunca dejes que la vaina envejezca y se vuelva dura.

¿QUÉ SON LOS GUISANTES ‘LÁGRIMA DE COSTA’?

Los guisantes ‘Lágrima de Costa’ son una variedad única que se cultiva exclusivamente en cinco hectáreas de la costa guipuzcoana (Getaria). Todo el cultivo se realiza de manera artesanal y se cosecha manualmente a primera hora de la mañana, escogiendo una a una las vainas en su punto óptimo de maduración. Debido a su escasa producción alcanza los 200 euros/kg. Esta delicatessen, también llamada caviar verde, se consume en crudo o tras un leve cocinado.


Agradecemos a Semillas Batlle su colaboración en estas páginas.


Nuestro agradecimiento a Raúl González Ibarra, jardinero, horticultor y periodista, por aportarnos en este artículo su experiencia en el cultivo del huerto.

  • Tirabeque (Bisalto-Cometodo)
    Tirabeque (Bisalto-Cometodo)

    Variedad autóctona que se cultiva por sus vainas anchas y aplastadas, que se pueden comer crudas en ensalada o cocinadas. Se cosechan cuando están tiernas y el guisante aún no ha engrosado. Es una variedad de enrame.
    Foto: Semillas Batlle

  • Guisante ‘Petit Provenzal’ o ‘Negret’
    Guisante ‘Petit Provenzal’ o ‘Negret’

    Variedad de guisante enana (40 centímetros de altura) con vainas de color verde oscuro de unos nueve centímetros. Las semillas son pequeñas, redondas y de piel lisa. Es muy precoz (se puede comenzar a cosechar a los 60 días de la siembra) y productiva. Es rústica.
    Foto: Semillas Batlle

  • Guisante ‘Alderman’ (Teléfono)
    Guisante ‘Alderman’ (Teléfono)

    Variedad de enrame que alcanza 150 centímetros de altura. Las vainas son muy largas y curvadas (12 cm). Es rústica y productiva.
    Foto: Semillas Batlle

  • El guisante de olor (que no se come)
    El guisante de olor (que no se come)

    El llamado guisante de olor (Lathyrus odoratus) es una leguminosa muy parecida al guisante comestible, que se cultiva por sus fragantes flores de los más diversos colores. Es importante recordar que su fruto es tóxico.
    Foto: Gexydalf

Reportaje completo nº 81 >> página 56