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Arándanos: delicias de color azul

Aunque en España todavía no gozan del enorme éxito que cosechan en otras latitudes, los saludables y deliciosos arándanos comienzan a entrar con paso firme en nuestro recetario. Directamente de la planta al paladar, o en mermeladas, tartas y helados, salsas para carnes y hasta como aderezo en ensaladas... las maneras de disfrutar de estas pequeñas bayas azules se multiplican.

Los frutos del arándano azul pasan del blanco al azul oscuro al madurar. En la foto, de Vaccinium corymbosum. Copyright: iStockphoto / Peterfactors

Además de producir dulces frutos, el arándano azul —el blueberry de las mermeladas inglesas— es además un arbusto muy decorativo: ofrece una delicada floración, unas ramas invernales llenas de color y, entre medias, las bayas y un atractivo follaje otoñal que despliega en el jardín pinceladas de diferentes tonos rojizos. ‘Goldtraube’, ‘Sunshine Blue’, ‘Bluecrop’ y ‘Northland’ destacan entre las variedades de mayor atractivo ornamental.

Lo ideal es plantar los arándanos en otoño. Es clave preparar el terreno donde van a desarrollarse las plantas: asegúrate de que el sustrato sea ligero, ácido y rico en materia orgánica.
El cultivo del arándano no es difícil siempre y cuando se le aseguren las condiciones que exige dado su origen en zonas boscosas de climas templados y fríos, y su naturaleza acidófila. Es sustrato es fundamental: debe tener un pH 4,5-5,5 y ser rico; si el suelo es alcalino habrá que cambiarlo por completo. Es muy resistente al frío, pero no a los calores fuertes: a más de 30º, los frutos y hojas pueden sufrir quemaduras.

Horas de frío para la floración

Para una correcta floración, los arándanos azules necesitan acumular una serie de horas de frío, que van desde las 100 a las 1.200 horas anuales por debajo de 7º. Si tu zona es cálida busca variedades que necesiten menos horas de frío, como las de Vaccinium ashei (ver columna de la derecha) o las Vaccinium corymbosum llamadas ‘del Sur’.

Lo ideal es plantar los arándanos en otoño, aunque puede hacerse en cualquier época del año, ya que se presentan con cepellón. Es especialmente importante preparar el terreno donde van a desarrollarse las plantas. Asegúrate de que el sustrato sea ligero, ácido y rico en materia orgánica. Puedes adaptar el suelo de tu jardín utilizando turba rubia, arena silícea para mejorar la estructura, o sulfatos de hierro. Si no dispones de jardín, o el suelo de tu zona no es ácido, siempre podrás recurrir al cultivo en contenedor. El arándano ‘Sunshine Blue’ es quizá el más apropiado por su tamaño para el huerto urbano, aunque cualquier variedad puede servir, ya que no tienen un sistema radicular muy desarrollado.

Sitúa las plantas a pleno sol, pero si vives en una región de clima cálido es mejor que les asegures algo de sombra. Tras la plantación cubre el área en torno a tus arándanos con un abundante acolchado vegetal (corteza de pino, por ejemplo): además de resultar estético, contribuirá a mantener la humedad del suelo y a contener el crecimiento de malas hierbas. Ya que sus fibrosas raíces se distribuyen superficialmente, los arándanos azules requieren riegos frecuentes que conserven el sustrato húmedo, aunque evitando el encharcamiento.

Los arándanos se cosechan, según la especie y la variedad, desde junio a septiembre, o incluso más tarde.

La poda del arándano azul

La poda es necesaria para conseguir una planta siempre joven y productiva. Al final del invierno, cuando está desnuda de hojas y empiezan a asomar los nuevos brotes, deberás eliminar las ramas muy cruzadas, débiles, enfermas y muertas; así conseguirás más aireación y prevendrás enfermedades.

Después, y según el número de ramas totales que tenga, tendrías que podar varias de las ramas más viejas (las que tengan 5-6 años y ya no den buenos frutos); córtalas a una altura de unos 30 centímetros para que desde ahí surjan ramas nuevas, que el primer año no fructificarán pero sí los siguientes. Conseguirás así rejuvenecer el ejemplar y obtener una buena cosecha.

En la poda siempre es necesario hacer un seguimiento del trabajo realizado: se trata de conocer el comportamiento particular de las plantas y adaptarlo a tus propias necesidades y gustos. Si quieres, por ejemplo, menos frutos pero de mayor tamaño deberás practicar una poda más severa o eliminar flores en primavera.

TRES ESPECIES DE ARÁNDANOS AZULES

Arándano azul (Vaccinium corymbosum)

Es una de las especies más conocidas de arándano azul (foto de arriba) y cuenta con numerosos cultivares de maduración temprana, media y tardía. Es una planta muy apreciada en jardinería por sus cualidades estéticas, gracias a sus frutos, floración blanca o rosada en corimbos, estructura, y colorido del follaje en otoño. Es nativa de Estados Unidos.

Arándano azul ‘Ojo de conejo’ (Vaccinium ashei)

Oriundo del sureste norteamericano, este arándano es hoy ampliamente cultivado con fines comerciales en todo el mundo. Soporta el calor húmedo, vive bien en regiones de inviernos suaves (zonas 8-10) y puede tolerar cierto grado de sequía una vez establecido. Soporta mal los trasplantes. No es autofértil, de modo que hay que plantarlo junto a otras variedades o ejemplares para asegurar la polinización.

• Arándano o mirtillo (Vaccinium myrtillus)

Ver en la columna de la derecha. 

Nuestro agradecimiento a Lurberry, vivero ecológico de plantas de pequeños frutos, por su colaboración en este artículo.

Más información en www.verdeesvida.es:

Frutos del bosque en la terraza, Verde es Vida nº 61, página 54 (ver en la web)

  • Los arándanos rojos
    Los arándanos rojos

    A diferencia de los azules, los arándanos rojos son arbustos y subarbustos de hoja perenne y crecimiento rastrero. Entre ellos destacan el Vaccinium oxycoccos macrocarpon, llamado cranberry en los países de habla inglesa, de hojas pequeñas, flores de cuatro pétalos que se curvan hacia arriba y frutos grandes, y el Vaccinium vitis-idaea (en la foto), lingonberry o cowberry, nativo de las regiones nórdicas, de hojas ovales y frutos pequeños, origen de numerosos cultivares.
    Las bayas son muy apreciadas por sus cualidades nutritivas y, sobre todo, antioxidantes. En jardinería se utilizan para crear densas masas tapizantes.
    El cultivo es algo más difícil que el de sus parientes azules porque necesitan un sustrato todavía más ácido, completamente orgánico y más húmedo (aunque no encharcado). Para cultivarlos en casa es conveniente aportar todo el sustrato, en lugar de enmendar el suelo del lugar. Se pueden cultivar en contenedor o en zanjas que se cubrirán con turba ácida, corteza de pino y un poco de arena de sílice. No se podan: se deja el tapiz rastrero y se recogen los frutos que vaya dando de manera natural.
    Foto: Anders Lennver

  • Arándano o mirtillo
    Arándano o mirtillo

    De origen europeo, el mirtillo o bilberry es el único arándano que se puede encontrar de forma espontánea en la Península ibérica; vive en áreas montañosas, principalmente en los Pirineos. Los frutos son más pequeños y de agradable sabor agridulce.
    Foto: Ole Husby

Reportaje completo nº 71 >> página 56