Descripción
La abelia es un arbusto de hasta tres metros de altura, de un follaje muy atractivo y multitud de pequeñas flores que perduran un tiempo considerable, a lo largo del verano y el otoño. Es perenne salvo en las zonas frías, donde puede perder las hojas. Sus ramas arqueadas y extendidas pueden alcanzar una longitud de entre 1,5 y 1,8 metros. Suele usarse como seto o para formar grupos tupidos de arbustos.
Hojas
Las hojas son muy características, de tamaño pequeño, agudas, con forma ovalada y ligeramente dentadas. El color es verde oscuro brillante en el haz y más pálido en el envés.
Flores
Campaniformes, blanco rosadas y levemente olorosas. Nacen solitarias o agrupadas en el extremo de las ramas. Los brotes son rojizos y el peso de los ramilletes hace que cuelguen levemente. Sus cálices coloreados suelen persistir en el fruto, lo que le da a la planta un aspecto peculiar. La floración comienza en junio.
Cultivo
Necesitan bastante sol y las corrientes de aire, sobre todo si es frío, no le sientan bien. El sustrato ha de ser rico, no calizo y estar bien drenado. Conviene podar los tallos viejos después de la floración y las ramas que emergen a ras de suelo.
Cuidados
Agradece el riego y la nutrición con fertilizantes a partir de la primavera. Se multiplica por esquejes entre julio y agosto, por eso los tallos enraizados deben pasar el primer invierno en lugares frescos y a cubierto.
De interés
Su capacidad para adaptarse a tierras de consistencia media o ligeramente arenosa le permite agarrarse a suelos poco profundos.
Foto: María Losseau