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Riego automático: el agua en su justa medida

¿Se puede tener un huerto o jardín gastando agua de manera eficiente y sin dedicar tanto tiempo a regar? La respuesta es sí: con un sistema de riego automático. Las ventajas son grandes. Se puede llegar a ahorrar hasta un 60% de agua, lo que supone una disminución importante de la huella ecológica del jardín, además de un sensible ahorro en euros.

Los microaspersores emiten el agua en forma de fina lluvia y brindan un riego uniforme. Su pequeño tamaño permite regar plantas altas, como árboles, arbustos o incluso hortalizas entutoradas, sin mojar las hojas. Copyright: Gardena

El éxito del riego automático radica en que aporta la cantidad de agua que necesita cada planta, de forma localizada y con la periodicidad adecuada. Por eso no existe un diseño único de sistema de riego automático. Tiene que responder a las necesidades de cada jardín. Para ello se han de elegir los emisores que mejor se adapten a los distintos tipos de cultivo.

Hay sistemas de riego automático que permiten integrar goteo continuo y microaspersión.
Para instalar riego automático no se necesitan complicados conocimientos de fontanería. Todas las piezas están diseñadas para su fácil montaje. Solo hace falta seguir las instrucciones del fabricante. El coste de la instalación es pequeño y se amortiza enseguida con el ahorro de agua. Pero, además, resuelve un problema frecuente del jardinero aficionado: quién se ocupará de las plantas mientras está de vacaciones. ¡El riego programado lo hará!

Riego por goteo: planta por planta

Es el sistema de riego localizado por excelencia y uno de los más eficaces en ahorro de agua. También es uno de los más económicos y sencillos de instalar (lee Paso a paso: instalar riego automático en la terraza). Las posibilidades del riego por goteo son amplísimas: sirve para las zonas de árboles o arbustos, los parterres de flores, las macetas en una terraza, o las hortalizas de un huerto planta por planta...

El goteo aporta el agua en el punto exacto, lo que evita la proliferación de malas hierbas. Además, al regar directamente en la tierra no se moja el follaje y se previene la aparición de enfermedades por hongos, o que se quemen las hojas por el efecto lupa cuando el sol cae directamente sobre las gotas.

Cada gotero debe estar situado justo al pie de la planta que se quiere regar. Se pueden colocar los goteros a lo largo de la tubería en función del tipo de plantas que se cultiven en el jardín, o usar tubería con goteo integrado, con emisores dispuestos de forma regular (cada 30-40 centímetros, por ejemplo). Para hileras de plantas con necesidades similares, los tubos de goteo resultan especialmente cómodos; las tuberías pueden ser para riego en superficie o enterrado; los goteros son autolimpiantes.

Microaspersores: aspersión + goteo

Este sistema aúna las ventajas de la aspersión y el goteo. Comparado con los aspersores, funciona a bajas presiones perfectamente compatibles con las presiones de trabajo del agua corriente de una vivienda. Los microaspersores emiten el agua en forma de fina lluvia y brindan un riego uniforme en toda el área elegida. Su pequeño tamaño permite regar plantas altas, como árboles, arbustos o incluso hortalizas entutoradas, sin mojar las hojas. Son adecuados para cultivos de plantas colocadas muy juntas siempre que sean resistentes a recibir el riego en la parte aérea.

Los microaspersores pueden emplearse en parterres e incluso en jardines de interior, donde generan el ambiente húmedo que este tipo de cultivos necesita. Frente al goteo, la microaspersión aporta un mayor caudal de agua y permite hacer riegos más profundos y menos frecuentes. Al ser más grandes, sus emisores son más duraderos y menos propensos a la obturación.

Cintas de exudación: para los cultivos en línea

Son tuberías de un material poroso que surten el agua por toda su superficie. Esto da lugar a un área de riego continua que resulta muy adecuada para los cultivos en línea. Funcionan con muy baja presión (menor que el goteo), por lo que se hace necesario instalar unos reguladores de presión especiales. Al ser tan pequeños, los poros pueden ser obturados por algas o depósitos de cal. En ese caso habrá que realizar tratamientos de mantenimiento.

EN QUÉ CONSISTE UNA INSTALACIÓN DE RIEGO AUTOMÁTICO

Los elementos básicos de un sistema de riego automático para el jardín, huerto o balcón son los siguientes:

• Programador: Mediante un temporizador, el programador envía una señal a la electroválvula para que abra o cierre el paso del agua. Si se trata de jardines pequeños, el programador y la electroválvula pueden estar integrados. Algunos programadores disponen además de un sensor de lluvia que suspende el riego cuando llueve.

• Electroválvula: Regula el paso de agua en los tiempos y frecuencias que le marca el programador. Si en una misma instalación se emplean diferentes tipos de emisores (por ejemplo, goteros y aspersores) es conveniente dividir el riego en tantos sectores como tipos de emisores haya. La razón es porque cada uno trabaja a distinta presión y con tiempos de riego distintos. Cada sector contará con su propia electroválvula conectada al programador.

Regulador de presión: Es un elemento importante que reduce y estabiliza la presión de trabajo que va a llegar a los emisores.

Filtro: Impide el paso y recoge las partículas en suspensión que podrían obturar los emisores.

Tubería y enlaces: Por ellos circula el agua hasta las plantas. Se deben tener en cuenta los diámetros que recomienden en el centro de jardinería atendiendo a las dimensiones del jardín.

Emisores: Son los aspersores, difusores, goteros, microaspersores, etcétera. Nuestro agradecimiento a Gardena por su colaboración y supervisión de este artículo. Hay sistemas de riego automático que permiten integrar goteo continuo y microaspersión.

Nuestro agradecimiento a Gardena por su colaboración y supervisión de este artículo.

Más información:

Paso a paso: instalar riego automático en la terraza, Verde es Vida nº58, página 56 (ver en la web)

El riego y sus trucos, Verde es Vida nº55, página 50 (ver en la web)

El riego en vacaciones, Verde es Vida nº52, página 39 (ver en la web)

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    Los aspersores y difusores proyectan el agua a varios metros de distancia. Son adecuados, por tanto, para espacios grandes. En jardinería están especialmente indicados para regar praderas de césped. Existe un catálogo amplísimo de difusores y aspersores para distintas presiones, caudales y ángulos de riego. También los hay emergentes, que solo aparecen durante el riego y se repliegan al terminar para no molestar mientras se disfruta del jardín o se siega la hierba. Para pequeños jardines familiares una buena opción es utilizar aspersores portátiles (en la foto), que se colocan en el momento de regar.
    Foto: Gardena

Reportaje completo nº 73 >> página 52