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La poda de árboles

El invierno es la mejor época para podar los árboles, si hiciera falta, ya que al estar en reposo perderán menos savia. Es una operación sencilla, pero es necesario saber dónde y cómo cortar. En caso de duda, mejor consultar en el centro de jardinería antes que someter al ejemplar a una operación de consecuencias irreversibles. 

La poda de árboles debe realizarse preferiblemente en invierno, cuando están en reposo. Antes de efectuar los cortes es preciso elegir las herramientas más adecuadas según el grosor, la altura y la fuerza de las ramas. Copyright: Gardena y Verde es Vida

Eliminar selectivamente algunas ramas del árbol permite orientar su crecimiento y darle mayor vigor a la estructura. La poda sirve también para evitar ramajes demasiados densos, que impiden que la luz llegue uniformemente a todas las partes provocando un desarrollo desigual del ejemplar. Además, contribuye a estimular la floración y la fructificación.

Existen varias técnicas para llevar a cabo la poda, en función de la edad del ejemplar y del efecto que se quiera conseguir. Utilizar las herramientas adecuadas ahorra esfuerzo.
La mejor época para podar los árboles es el invierno, cuando están en reposo. Es fundamental efectuar los cortes en el lugar más adecuado y que sean lo más limpios posibles. Los desgarros y el uso de herramientas sucias u oxidadas dificultan la cicatrización y pueden favorecer la aparición de enfermedades.

Elegir el tipo de poda adecuado

Existen varias técnicas para llevar a cabo la poda, que habrá que aplicar en función de la edad del ejemplar y del efecto que se quiera conseguir.

• La poda de formación se efectúa durante los primeros años posteriores a la plantación. El objetivo es orientar el crecimiento del árbol para obtener una estructura de ramas fuertes y bien distribuidas y situar la copa a cierta altura del suelo. También sirve para crear un determinado contorno, por ejemplo en espaldera. Este tipo de poda está especialmente indicado para los árboles frutales, ya que favorece el aumento de la producción y facilita la recolección.

• Una vez que el árbol está bien formado, será suficiente con realizar una poda de mantenimiento, que consiste en eliminar elementos indeseables como ramas secas o con riesgo de rotura, tocones, chupones... o simplemente aclarar la copa de un ramaje excesivo y darle forma.

• A veces hay que recurrir a podas drásticas para devolverle a un árbol su vigor. Esta técnica, conocida como desmochado, consiste en efectuar cortes severos a uno o dos centímetros del tronco principal. Se suele emplear también para controlar el crecimiento de árboles en espacios reducidos. Pero antes de acometer esta poda excepcional hay que saber qué especies la toleran bien y cicatrizan con rapidez. En caso de duda es clave consultar con un experto; en tu centro de jardinería sabrán aconsejarte.

Cómo se poda

El corte se debe efectuar en la base de la rama pero siempre por encima del cuello, es decir a unos centímetros sobre la unión con otra rama. Además, las yemas tienen que quedar a una distancia de al menos cinco milímetros del corte. La incisión deberá ser en diagonal cuando existen yemas alternas a lo largo de la rama, y recta cuando las yemas crecen a la misma altura del tallo.

Si el ejemplar es mediano o grande y es necesario trepar a la copa para podar es imperativo llevar un arnés de seguridad. En ese caso, lo mejor es encomendar la tarea a personal especializado.

¿Qué herramientas usar?

Las tijeras de mano o podaderas, más manejables que los serruchos, están indicadas para las ramas más pequeñas. Constan de una hoja cortante en forma curva y otra que sirve de apoyo. Las tijeras de una sola mano se emplean para podar ramas de unos 20 milímetros de diámetro, y las de dos manos para cortar tallos de 30 milímetros en adelante. Los mangos largos de las podaderas de dos manos ahorran mucho esfuerzo. 

• Las sierras o serruchos de poda son necesarias para podar ramas gruesas. Las hay de muchas clases en función de su tamaño, el tipo de dientes, el espesor del cuerpo (rígido o flexible) y la forma de la hoja (curva, recta o plegable). Es fundamental que los dientes estén perfectamente afilados.

• Los cuchillos o navajas de jardinero se utilizan para rematar determinados cortes de ramas gruesas que no quedan limpios con otras herramientas. Su hoja curva y afilada favorece un corte neto y preciso.

Cuidar la espalda mientras se poda

Si la zona de poda está en alto, no es conveniente ponerse en puntas de pie intentando estirarse para alcanzar las ramas. Es mejor recurrir a una escalerilla o escalera de tijera para colocarse al nivel de lo que se quiere cortar: el área de trabajo ha de quedar entre el pecho y los ojos. Si es posible, lo más conveniente sería poder apoyar la mano izquierda sobre una pared o soporte a la altura del hombro. Se debe intentar flexionar el codo del brazo que trabaja.

 Información relacionada:

• ¿Cuándo toca podar los arbustos de flor?, Verde es Vida nº60, página 52 (ver en la web)

  • CORTAR UNA RAMA GRUESA, PASO A PASO Paso 1:  Desde abajo
    CORTAR UNA RAMA GRUESA, PASO A PASO Paso 1: Desde abajo

    Para cortar una rama gruesa, serrar la rama de abajo a arriba hasta la mitad, a unos 20 centímetros de distancia del tronco.

  • Paso 2: por arriba
    Paso 2: por arriba

    A continuación, serrar por encima de la rama, colocando la herramienta entre uno y dos centímetros hacia afuera, hasta que se quiebre.

  • Paso 3: corte final
    Paso 3: corte final

    Una vez eliminado el grueso de la rama, se debe dar el corte decisivo lo más cerca posible del tronco.

  • Paso 4: alisar
    Paso 4: alisar

    Con un cuchillo de jardinero bien afilado, alisar el corte quitando las astillas y las zonas abultadas. Así la superficie quedará limpia.

  • Paso 5: sellar
    Paso 5: sellar

    Aunque las heridas suelen sanar de forma natural, es bueno usar productos selladores o cicatrizantes para evitar infecciones.

Reportaje completo nº 50 >> página 48