Verde es Vida nº95

verdeesvida 47  Wanda en brazos de Celia. Hace cuatro años que esta pequeña conejita Ca- beza de León forma parte de su familia. Shutterstock Zanahorias no, ¡heno! Bugs Bunny solo come zanahorias, sin embargo, como ocurre con los conejos de monte, el 80% de la alimentación de los de compañía debe- ría ser heno. Sin esa dieta abrasiva de hierbas fibrosas, sus piezas dentales, que crecen entre dos y cinco milímetros a la semana, no se desgastarían lo suficiente. “Si tienen una buena dieta desde el princi- pio pueden vivir muchos años. La media son ocho, pero pueden llegar a 12-14”, dice el veterinario Carlos Ouro. Su dieta recomendada es: • Heno: “Sin límite”. Se vende en sacos en los centros de jardinería. • Pienso: “Una cucharada (15 mg) por la mañana y otra por la noche, mejor si es en sticks para que no puedan seleccionar”. • Verduras de hoja: “Todos los días un poquito y variada. Cuanto más oscura más nutritiva, como la lombarda. Los canónigos y espinacas les encantan, pero tienen mucho calcio y pueden desarrollar cálculos; como mucho se les pueden dar una vez por la semana”. • ¿Zanahoria? “Es un mito que nos han colado con Bugs Bunny. No deben comer zanahorias más de una vez a la semana y poquito”. • Fruta: “Manzana, pera, fresas... solo una vez a la semana y en una ración que no sea mayor que el tamaño de su cráneo. Se han de evi- tar las que tienen demasiada agua”. • Alimentos no recomendados: “Judías verdes, porque tienen dema- siados oxalatos. La lechuga Iceberg, prohibida. Tampoco son reco- mendables las chuches, mejor una fruta que les guste”. • Complementos vitamínicos: “Si la dieta es variada y equilibrada no son necesarios”. Agradecemos a Carlos Ouro, veteri- nario especialista en animales exóticos (C.V. Madagascar), la información proporcionada. mos a sitios retirados donde no haya perros, con mucho cuidado y vigilando que no coma nada del suelo. Le gusta mucho”. La alimentación es un aspecto clave en el cuidado de estas mascotas por su incidencia en el necesario desgaste de unos dientes y muelas que crecen de forma continua y pue- den acabar impidiéndoles comer o incluso clavarse en las mandíbulas. En este aspecto, la miniaturización extrema no los favorece: “La mandíbula tiende a ser más larga y el maxilar superior más pequeño; este progna- tismo provoca que los incisivos no se desgas- ten y crezcan demasiado”, dice el veterinario. Aconseja esterilizarlos, no solo porque se tranquilizan y se evita el marcaje con orina, sino también porque tanto hembras como machos son propensos a los tumores. 

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