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Cómo afianzar un talud con plantas

Las zonas en pendiente de un jardín, fruto de las propias características de la parcela, de la presencia de un muro, un estanque, una escalera, o de una decisión puramente estética, exigen resolver el control de las escorrentías y la sujeción del terreno para evitar el deslizamiento de la tierra y la erosión. ¿Una solución? Escoger plantas capaces de afianzar taludes gracias a su sistema radicular. Te recomendamos las más eficaces.

Juniperus x media ‘Hetzii’ y saúcos en un pronunciado talud. Sus raíces sujetan el talud a profundidad media. Copyright: Mille d’Orazio

La diferencia de cotas que da lugar a un talud en un jardín puede estar causada por un muro, el desarrollo de una escalera, la presencia de un estanque, la acumulación de tierras procedentes de la excavación de la propia obra de la vivienda o de una piscina… O también de la decisión de contar con una zona de fuerte pendiente para plantar vegetación, resaltar un área del jardín o incluso tapar vistas no deseadas.

Los taludes ofrecen grandes posibilidades estéticas, pero también exigen resolver el problema de las escorrentías y el arrastre de la tierra por falta de sujeción.
Los taludes ofrecen grandes posibilidades estéticas, pero también exigen resolver el problema de las escorrentías, es decir el deslizamiento libre del agua por la pendiente y el arrastre de la tierra por falta de sujeción, con formación incluso de cárcavas en la superficie. Esa tierra que se desprende suele ser un problema cuando se acumula en zonas de paseo, solados e incluso arquetas. Pero, además, ese deslizamiento de agua y tierra produce la pérdida del suelo fértil que se genera en la zona superficial, e incluso que queden al descubierto las raíces de los ejemplares plantados.

Estabilizar el talud

Existen distintos tipos de soluciones para estabilizar la superficie del talud: aterrazar y crear bancales de plantación más o menos llanos a distintas alturas, formar rocallas combinando piedras y plantación, utilizar traviesas de madera, piedras, gaviones e incluso muretes de contención si la pendiente es exagerada... Pero también se puede recurrir exclusivamente a las plantas para crear una cubierta vegetal superficial que impida que el agua corra a toda velocidad por la pendiente. Para esta solución natural se puede optar por determinadas herbáceas, arbustos o árboles, según el tamaño del talud, que se caracterizan por tener un sistema de raíces que ayudan a fijar la tierra. Lo ideal es buscar especies de rápido crecimiento —para que el suelo desnudo quede cubierto y estabilizado cuanto antes— y bajo mantenimiento.

• Plantas herbáceas

Las herbáceas más adecuadas, entre ellas muchas tapizantes o cubresuelos, suelen extenderse mediante estolones y raicillas, creando en el talud un manto verde muy eficaz. También son interesantes las que cuentan con rizomas, ya que crean una trama de vegetación a poca profundidad. Estas plantas son capaces de absorber y retener el agua superficial y los nutrientes presentes en el suelo. Especies recomendadas: Vinca major, Vinca minor, Hedera helix (hiedra), Pachysandra terminalis, todas capaces de soportar la sombra, y Stachys byzantina u orejas de liebre, de hojas grises afelpadas. Entre las rizomatosas: los lirios (Iris sp.) y los agapantos (Agapanthus africanus).

• Arbustos

Conviene optar por especies que toleren bien la sequía, ya que desarrollarán gran cantidad de raíces que profundizarán en busca de humedad y afianzarán mejor la tierra. Con ellos la sujeción del talud se produce a profundidad media. Especies recomendadas: Cotoneaster dammeri (de flores blancas y frutos rojos), Lavandula angustifolia y Lavandula lanata, Rosmarinus officinalis prostratus (romero rastrero), Juniperus horizontalis y Juniperus x media, cornejos (sobre todo Cornus stolonifera o Cornus sericea), genistas (Genista sp.), Hypericum calycinum, Potentilla fruticosa (estas tres últimas de flores amarillas), y Plumbago capensis, de flor azul. Para suelos ácidos, la gayuba (Arctostaphylos uva-ursi).

• Árboles

Los más adecuados son los árboles medianos y pequeños (tercera magnitud), que sujetarán la zona más profunda del talud dándole cuerpo al conjunto. Lo óptimo es escoger los de sistema radicular fasciculado, que generan mayor número de raíces en superficie y zonas medias que los de raíz pivotante, que desarrollan raíces más profundas. Especies recomendadas: Acer negundo, Melia azedarach (cinamomo), Koelreuteria paniculata (jabonero de la China), Prunus avium (cerezo silvestre), Crataegus oxycantha (espino blanco), Morus alba ‘Pendula’ (morera blanca llorona), Betula sp. (abedules).

Siempre que se pueda, lo óptimo es que en un talud se mezclen árboles, arbustos y herbáceas, ya que la suma garantizará un mayor afianzamiento.

Mantas orgánicas y ‘bloomers’

Entre los recursos para afianzar taludes medianos y grandes con vegetación se cuentan las mantas orgánicas y los llamados bloomers. Las primeras son mantas trenzadas con fibras naturales (paja, coco) con semillas normalmente de gramíneas en su interior. Se fijan a la pendiente mediante grapas o varillas y se riegan abundantemente para que germinen.

Los bloomers son mezclas de semillas rústicas, habitualmente herbáceas de flor, que aplicadas mediante hidrosiembras colonizan rápidamente el talud. No obstante, es interesante que se acompañen con la plantación de árboles y arbustos para que resulten eficaces del todo.

TOMA NOTA

• En nuestra zona climática el césped no es aconsejable para tapizar taludes por su necesidad de siegas continuas, dificultosas en un plano inclinado, y el alto consumo de agua que le es propio.

• Al plantar en el talud, fíjate que las raíces de los ejemplares queden enterradas en su totalidad y no aflore la parte más baja.

• Si colocas traviesas de madera de canto formando pequeñas terrazas impedirás que el agua corra a toda velocidad. Además facilitarán el suministro de nutrientes.

• Riega el talud por goteo para que el agua no resbale.

• Es mejor abonar las plantas del talud con abonos orgánicos, que crean suelo, o de liberación lenta. Si se aplican abonos rápidos con nitrógeno en forma nítrica lo más probable es que ese nutriente sea arrastrado por el agua, provocando falta de vigor en las plantas y un problema de contaminación del agua sobrante.

• Valora excavar en la parte más baja del talud una zanja de drenaje que esté conectada a un desagüe, para que canalice y evacúe los excedentes de agua.

Nuestro agradecimiento a Agustín Bravo, jardinero proyectista, por su aportación en estas páginas.

  • Una mezcla de especies
    Una mezcla de especies

    Este exuberante talud se ha afianzado con una mezcla de especies entre las que destacan los agapantos y la hiedra que se observan en primer plano, pero también los floripondios (Datura) y otros arbustos y árboles.
    Foto: M. d’Orazio

Reportaje completo nº 84 >> página 52