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Las esculturas botánicas de Makoto Azuma

Flores y plantas vivas (o muertas), metales y materiales tecnológicos se convierten en manos de este joven artista japonés en sustancia de experimentación creativa.

Shiki 1 exhibe el bonsái de un pino con sus raíces al aire, dentro de un marco de metal. La obra busca representar “la belleza invisible que surge de la fricción entre la belleza natural del árbol y el hombre”, dice Makoto Azuma. Copyright: AMKK

Las esculturas e instalaciones de Makoto Azuma (1976, Fukuoka), pero también sus exquisitos trabajos para firmas como Swarovski, Dior, Shiseido, Helmut Lang o el champagne Perrier-Jouët Belle Époque, buscan “incrementar el valor existencial de las plantas descubriendo las más misteriosas figuras que solo las flores y plantas poseen y convirtiéndolas en expresión artística”.

Así son los asombrosos frutos de la experimentación de un artista que llegó a Tokio con su banda de rock, descubrió la materia viva de las flores y plantas trabajando como florista, abrió su propia floristería haute couture, Jardins des Fleurs, la más rompedora de Tokio, y tuvo durante dos años su propia galería de arte, donde introdujo varios trabajos experimentales.

En las manos de Makoto Azuma, las plantas y flores frescas, pero también mustias o muertas, adquieren una inquietante expresividad ensambladas con cables, tubos y otras piezas metálicas.
Las criaturas vivas, y en ello incluye los sonidos, son los elementos que le sirven para articular un lenguaje creativo que no reconoce maestros: “Nunca pensé en ser florista y tampoco he aprendido de nadie ni nadie me ha enseñado. Todas mis obras y mi estilo de arreglos florales son míos”, confesaba hace un tiempo en la web biginjapan. com.au.

En sus manos, las plantas y flores frescas, pero también mustias o muertas, adquieren una inquietante expresividad ensambladas con cables, tubos y otras piezas metálicas, cristal y fibras sintéticas.

El artista escoge no ignorar la muerte después de la vida y se atreve a suspender en el aire un bonsái arrancado de su tiesto, o a presentar un pino congelado a modo de fascinante cascada helada: el árbol muere, pero su belleza de hielo se conserva para siempre dentro de su refrigerada caja de cristal. Él lo explica así: “Las flores y los árboles no son inmortales, así que tenemos que ofrecer algo que permanezca en el corazón de la gente, el recuerdo de una sorpresa vivida. Busco plantar un árbol en el corazón de cada ser humano”.

Más información:

• azumamakoto.com

  • Escultura de flores y cactus
    Escultura de flores y cactus

    Una amalgama de cactus, tillandsias y flores rojas de gymea lily unida con piezas de metal, cuelga en el vacío de una sala totalmente blanca. Su nombre: Escultura botánica nº3 Lump (bulto).

  • Latido divino
    Latido divino

    La escultura botánica nº5 God, una de las más recientes del artista japonés. En ella, los bulbos de una arácea semejan el corazón de un sistema circulatorio hecho de tubos de metal.

  • Tiempo de musgo
    Tiempo de musgo

    Para la exposición Time of Moss (tiempo de musgo), Makoto Azuma creó esta alfombra viva sobre el material biodegradable Terramac, que pemite a las plantas enraizar e incentiva su crecimiento.

Reportaje completo nº 68 >> página 58