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Bulbos de primavera: ¡es hora de plantarlos!

Desde principios del otoño hasta noviembre es cuando debes enterrar los bulbos de tulipanes, jacintos y narcisos que darán flor en primavera. Su floración prolongada y duradera y su fácil cuidado han hecho de estas plantas unas de las favoritas en jardines y terrazas en España. 

Los tulipanes resultan espectaculares en masa en los jardines, pero también de a poquitos en una maceta. Entiérralos entre plantitas de pensamientos, aliso marítimo o ciclamen. Abajo, bolsas de bulbos. Copyright: María Losseau

Bulbosas es el nombre de las especies cuyo órgano de reserva es subterráneo y tiene la capacidad de emitir hojas y flores, es decir, de generar una nueva planta. En jardinería hay cuatro grupos de plantas que se llaman así: las de bulbo (tulipanes, narcisos, jacintos); las de cormo (crocus, ixias, gladiolos); las de raíz tuberosa (dalias), y las de rizoma (iris).

Los mejores efectos se logran al agrupar bulbos de la misma especie y color, formando masas. Para que el jardín tenga flores en invierno mientras los bulbos se desarrollan, entiérralos entre plantas de pensamientos.
Desde principios del otoño hasta noviembre procede plantar los bulbos que florecerán en primavera, para darles tiempo a arraigar y desarrollar las flores. Se pueden enterrar directamente en parterres y jardineras, pero también en macetas y tiestos colgantes; algunos incluso brotan en agua. Como plantas solitarias, las bulbosas son únicas. En el jardín pueden plantarse solas o en grupos, entre arbustos, en macizos, a pleno sol o bajo la copa de los árboles.

Bulbosas de primavera y de verano

Desde finales del invierno hasta bien entrada la primavera florecen, además de los populares tulipanes, jacintos y narcisos, los Allium (lágrimas de la Virgen), las anémonas, el muguet, los crocus, fritilarias, Galanthus nivalis, muscaris, ranúnculos o francesillas, y escilas.

Desde finales de abril hasta junio se plantan los bulbos que darán flor en verano: agapantos, amarilis, begonias tuberosas, cañas de las Indias, dalias, gladiolos, azucenas, nardos y Ornithogalum umbellatum (estrellas de Belén).

Cómo escoger los bulbos

Comprar bulbos es una buena inversión, ya que no solo florecen una vez, sino año tras año en la misma época, hasta que se agotan.

• Adquiérelos según aparezcan en los centros de jardinería, no esperes a las últimas ofertas.

• Deben tener un aspecto sano, compacto al tacto y sin roturas del ápice u otras partes. Escoge los de mayor tamaño, con puntos de desarrollo fuertes.

Las raíces no deben asomar ni deben estar ya brotados.

• Descarta los que presenten en la superficie restos de polvillo blanco o azulado: son síntomas de enfermedades fúngicas.

• Si no los vas a plantar de inmediato deberás guardarlos en un lugar seco, fresco y ventilado.

CONDICIONES DE CULTIVO

• Sustrato: Los bulbos crecen bien en una tierra suelta, ligera, con buen drenaje, y rica en materia orgánica y humus.

• Riego: Son muy sensibles al exceso de agua, ya que puede provocarles pudrición. Pero necesitan riego regular, sobre todo si están en una maceta; el sustrato no debe secarse.

• Situación: Debe escogerse el emplazamiento según la especie, aunque en general prefieren el sol. Algunas bulbosas de primavera gustan más de los lugares sombreados, como los Galanthus nivalis, jacintos y algunas variedades de narcisos.

• Profundidad de plantación: Este aspecto es particularmente importante, sobre todo cuando se plantan en masa. Un pequeño error de profundidad en la plantación de algunos ejemplares se traducirá en una zona desnuda porque los bulbos no florecerán. Ver distancia y profundidad de plantación por especie en el recuadro de la página 30 de Verde es Vida nº50.

• Cómo plantarlos: Los mejores efectos se consiguen agrupando bulbos de la misma especie y color, formando masas. Para que el jardín tenga flores en invierno mientras los bulbos se desarrollan, entiérralos entre plantas de pensamientos. La distancia entre bulbos depende de la especie.

• Abono: Si están en un tiesto, a partir del segundo año conviene aportarles un abono rico en potasio, o un fertilizante foliar cada 15 días.

• Plagas: Las bulbosas sufren el ataque de pulgones, moscas blancas, thrips y arañas rojas, que se combaten con el insecticida adecuado. Los caracoles y babosas devoran las hojas; en ese caso, conviene esparcir sobre el suelo de alrededor un producto antilimacos.

• Enfermedades: Los hongos producen en los bulbos la llamada mancha de tinta, unas tachas oscuras que acaban pudriéndolos. Se deben tirar los que estén enfermos y no plantar los nuevos en la misma tierra. El hongo Fusarium causa la podredumbre de la base, que reblandece la base del bulbo después de almacenado y lo pudre. Se deben tratar con un fungicida los bulbos sanos y descartar los enfermos.

¿Por qué no florecen?

Puede ocurrir que los bulbos no den flor. Las razones pueden ser varias:

• Porque se han plantado muy juntos, o en una época o a una profundidad inadecuadas.

• Por falta de riego durante el desarrollo.

• Por no haberse almacenado de forma correcta, o sufrir alguna enfermedad.

• Por haberles cortado las hojas antes de marchitarse.

Cuando dejan de florecer

El momento en que los bulbos que han perdido la flor se retiran de la tierra y la forma en que se conservan a continuación tienen gran imporancia si se desea volver a plantarlos la temporada siguiente.

Muchos bulbos de primavera se pueden dejar en la tierra después de florecer, como los narcisos, pero las hojas no deben cortarse hasta que estén marchitas, ya que son las que alimentan al bulbo; de otra forma no florecerá el próximo año.

En las regiones frías o muy lluviosas, los bulbos corren el riesgo de estropearse si se dejan en la tierra; en ese caso se deben retirar y guardar así:

• Al amarillear las hojas se desentierran los bulbos con cuidado.

• Se limpian bien los restos de tierra con un cepillito y se quitan las hojas secas.

• Hay que eliminar los que tengan mal aspecto o estén dañados.

• Se dejan secar al aire, sobre un papel absorbente, sin que se toquen unos con otros.

• Espolvorearlos con un fungicida y guardarlos en una caja de cartón con virutas en un sitio fresco y seco, hasta que llegue la época de plantarlos de nuevo para disfrutar de las flores.

Temas relacionados:

• La primavera empieza en Keukenhof, Verde es Vida nº57, página 44 (ver en la web). 

• Bulbos de verano, ¡plántalos en primavera!, Verde es Vida nº57, página 30 (ver en la web)

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    • Buscar el emplazamiento adecuado para la especie y asegurarse de que el sustrato es rico y ligero.

    • Presentar los bulbos en el lugar deseado, ya sea una jardinera o una maceta, para determinar la distancia de plantación entre ellos (ver recuadro en la página 30 de la revista).

    • Regar el suelo antes de plantar para que sea más fácil hacer los hoyos.

    • Hacer el hoyo con un plantador de bulbos o una palita, de la profundidad indicada en el envase. En caso de que no la especifique, deberá doblar, aproximadamente, el tamaño del bulbo. Si el suelo es muy arcilloso conviene que sea un poco menos profundo de lo que indica el proveedor.

    • Añadir un poco de arena de río o gravilla en el fondo del hoyo.

    • Introducir el bulbo en posición vertical con el punto de crecimiento hacia arriba.

    • Rellenar el hoyo hasta el nivel del suelo con tierra rica en nutrientes.

    • Regar a continuación.

Reportaje completo nº 53 >> página 28