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Abonos orgánicos para revitalizar los suelos

Los abonos orgánicos son materia orgánica de origen vegetal y/o animal en descomposición por acción de millones de microorganismos beneficiosos que liberan sustancias nutritivas que las plantas pueden asimilar. Cumplen una importante función en el jardín, el huerto y el césped. Sirven para enmendar el terreno, es decir, mejorar su estructura y textura aumentando su esponjosidad y capacidad de retención de agua, pero también como abonado de fondo antes de la plantación o como abonado de cobertera a lo largo del cultivo.

Cuando aportes abono orgánico labra bien en terreno y revuélvelo. Cubrir los alcorques de los árboles con una capa de compost o mantillo abriga las raíces e impide la pérdida de humedad. Copyright: Istockphoto /Chris Price y Sebastián Santa

El abonado que proporciona a las plantas el nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K) y demás macro y micronutrientes que necesitan para vivir puede ser de origen químico —sintetizado en un laboratorio— o provenir de restos de materia de origen vegetal y/o animal: estiércol de herbívoros (caballo, cabra), guano, vinazas de remolacha, compost de restos vegetales, humus de lombriz...

Según la calidad del suelo, las enmiendas se llevan a cabo unas dos veces al año, entre mediados del otoño y la llegada de la primavera, según el estado y la naturaleza del terreno.
En tu centro de jardinería los encontrarás en distintas presentaciones: en sacos (mantillo), pero también granulados y líquidos. Los abonos orgánicos son, en su mayoría, fertilizantes complejos que aportan, además de los nutrientes esenciales, vitaminas, hormonas y sustancias con propiedades antibióticas.

Enmiendas para optimizar el suelo

Los abonos orgánicos compostados se han utilizado desde siempre para enmendar el suelo. Al aumentar la cantidad de materia orgánica del sustrato del jardín y el huerto mejora su estructura, es decir, gana capacidad de retención de agua, nutrientes y calor. Las enmiendas orgánicas contribuyen a aglutinar los suelos arenosos, y a disgregar y airear los suelos arcillosos o apelmazados confiriéndoles una mayor porosidad. Pero, además, revitalizan el suelo y ayudan a recuperar los terrenos dañados por el uso reiterado de abonos químicos favoreciendo la actividad microbiana típica de los suelos biológicamente activos.

• Para bajar el pH del suelo: Las enmiendas también se pueden utilizar para acidificar el pH en terrenos calcáreos, característica que presentan los suelos de muchas zonas de España; en este caso puedes usar también turba o compost de corteza de pino, pero no son abonos orgánicos.

• Cuándo enmendar: Según la calidad del suelo, las enmiendas se llevan a cabo unas dos veces al año, entre mediados del otoño y la llegada de la primavera, según el estado y la naturaleza del terreno.

Abonado de fondo para alimentar a las plantas

El abonado de fondo se aplica antes de la plantación con el objetivo de recuperar los nutrientes extraídos por el cultivo anterior, o para ayudar a que las plantaciones nuevas se asienten. Se pueden usar abonos orgánicos bien compostados, pero también granulados y los llamados de liberación controlada, cuyos nutrientes se presentan envueltos en una gelatina que se deshace con la humedad y el calor poniéndolos a disposición de la planta (actúan a lo largo de tres a 12 meses).

El abono debe quedar bien mezclado con la tierra; para ello, lábrala a conciencia hasta conseguir una mezcla homogénea (con escardillo si el terreno es pequeño; con azada o motoazada si es grande). Es importante enterrar el abono orgánico para impedir que el sol evapore el nitrógeno que contiene. Aplica la cantidad que recomiende el fabricante.

• En los parterres del jardín: El abonado de fondo se lleva a cabo a partir de mediados de septiembre para preparar la tierra donde se van a cultivar las plantas de temporada.

• En los bancales del huerto: Aplícalo en octubre, antes de plantar las hortalizas que cosecharás en los próximos meses.

• En la plantación de árboles y arbustos: Los abonos orgánicos se pueden mezclar con la tierra del jardín para mejorarla en una proporción que no debería superar el 5% del volumen total.

Abonado de cobertera El abonado de cobertera se utiliza a lo largo del cultivo para aportar nutrientes específicos para ciertos procesos, como floración, cuajado y engorde de los frutos. Se puede aplicar directamente sobre la superficie del sustrato o, si se prefiere, mediante una pequeña labor con una azadilla para que se mezcle mejor (teniendo cuidado de no dañar las raíces de los ejemplares); riega a continuación. Puedes usar abonos orgánicos compostados o granulados; los líquidos se lavarían muy rápidamente.

• En la huerta: Aplícalo antes de la plantación de nuevos cultivos y durante los meses de otoño-invierno en plantas ya asentadas.

• En macetas o pequeñas superficies: Espolvorea el abono orgánico por encima del sustrato en poca cantidad.

• Tras la poda: También se aplica abono orgánico después de podar árboles, arbustos (setos, rosales y ornamentales en general) y trepadoras en otoño e invierno.

Nuestro agradecimiento a Juan Luis de la Rosa, responsable técnico de Neudorff-Seipasa, por su asesoramiento y supervisión de este artículo. 

 Información relacionada:

 • Abonos orgánicos: el reciclaje de la vida, Verde es Vida nº62, página 50 (ver en la web)

Fabricar compost en casa, Verde es Vida nº52, página 54 (ver en la web)

Abonar las plantas: ¿por qué, cuándo, de qué manera?, Verde es Vida nº66, página 50 (ver en la web)

  • Acolchado con mantillo
    Acolchado con mantillo

    El efecto de las bajas temperaturas y las heladas puede resultar letal para el sistema radicular de muchas plantas, sobre todo herbáceas, pero también palmeras poco rústicas y algunos árboles y arbustos, sobre todo los recién plantados, cuyas raíces no han profundizado lo suficiente. Este riesgo aumenta en terrenos arenosos o si se trata de plantas originarias de climas más cálidos.
    Para solucionarlo se puede echar mando del mulching o acolchado, que consiste en cubrir la superficie de la tierra con algún material que proteja del frío. Si para esta protección se utiliza mantillo o compost, en lugar de la habitual corteza de pino, se consigue una doble función: acolchado y aporte de nutrientes. Un buen mulching va a conseguir además que salgan menos malas hierbas y que en verano la humedad quede durante más tiempo retenida en el suelo.

  • La beneficiosa acción de las micorrizas

    Entre los abonos orgánicos de última generación que encontrarás en tu centro de jardinería existen fertilizantes orgánicos sólidos y regeneradores del suelo enriquecidos con micorrizas, unos hongos beneficiosos, habituales en los bosques, que viven en simbiosis con las raíces de las plantas. Son capaces de aumentar de manera significativa el volumen del sistema radicular y con ello incrementar su capacidad de absorción agua y nutrientes; no reemplazan a los fertilizantes, pero mejoran su disponibilidad para las plantas. Se consigue así una mayor resistencia al estrés que sufren los cultivos a causa de la sequía, el frío, las plagas y enfermedades, a la vez que se regeneran los suelos.

Reportaje completo nº 68 >> página 52