Verde es Vida nº95

verdeesvida 7 * Teresa de Ávila, Carta LXV para Antonio Gaitán, caballero de Alba E l patio es íntimo. Ocupa el cora- zón de la casa o es un espacio de respiro junto a sus muros. Pare- des y medianeras lo convierten en un reducto de paz, pero también, y mucho, de disfrute. En el Mediterráneo, los patios responden con frescor y sombra a la fuerza del sol y los rigores del verano, creando un microclima que ha brindado bienestar a las familias desde tiempos inmemoriales, y ha propiciado además el cultivo de plantas, que en un círculo virtuoso aportan no solo verdor y flores, sino también humedad al aire, oxíge- no y una atmósfera más pura y limpia. Antes del aire acondicionado, ellas y las albercas, aljibes y fuentes ya estaban allí para refrescar el ambiente (y garantizar agua a las plantas). Los patios andaluces, herederos de los atrios y peristilos romanos y de los patios hispano- árabes, han creado un poderoso imaginario. Pero el concepto abarca muchas configura- ciones. Si la arquitectura mudéjar ha inspira- do a Rocío Sainz de Rozas el patio de la casa club del club de golf La Reserva que aparece en esta página, Jesús Gómez enlaza elementos de las tradiciones romana y árabe en el patio de la página izquierda, con la certeza de que “cada lugar te conduce y te dice cómo actuar”. Sonido, frescor, aroma Este “patio de los sentidos”, como lo define la paisajista Rocío Sainz de Rozas, ocupa el corazón de la casa club de La Reserva Club de Golf en Sotogrande, Cá- diz. La fuente cuadrada central de azule- jos verdes hechos a mano en Triana, Sevi- lla, evoca la intimidad de un patio mudéjar fresco y frondoso, donde el sonido suave y constante del agua regala los oídos. Cuatro limoneros luneros plantados en macetas perfuman el aire y dan sombra a helechos, ligularias y aspidistras. Bancos a su alrededor invitan a quedarse. RSR Paisajismo 

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