Verde es Vida nº95

52 verdeesvida TÉCNICAS Sí al barbecho El cultivo continuado en una misma parcela acaba agotando algunos nutrientes esencia- les y facilitando la proliferación de plagas y enfermedades asociadas a esos cultivos. En la agricultura industrial intensiva no se utiliza mucho, pero es muy recomendable en huer- tos familiares, siempre que se disponga de espacio suficiente para hacerlo. Hay varias opciones para poner la tierra en barbecho. • Dejarla sin cultivar, pero labrándola varias veces durante el descanso para evitar la pro- liferación de malas hierbas. La desventaja es que la tierra queda expuesta a los rayos del sol, las heladas y la erosión. Además, la recu- peración de la vida microbiana será menor. • Dejarla sin cultivar ni labrar durante el tiem- po de descanso. La tierra se recuperará mejor que en el caso anterior pero aparecerán malas hierbas que pueden semillar todo el terreno. • Una opción intermedia es el llamado abono verde, que consiste en sembrar en la zona en barbecho una leguminosa —veza (en la foto), trébol, alfalfa— y un cereal —avena, cebada—, que al final de la temporada se siegan y se incorporan a la tierra; las leguminosas fijan el nitrógeno del aire, enriqueciéndola, y el cereal le aporta materia orgánica. La estructura y la textura del suelo mejoran y además se mantiene la superficie cubierta de vegetación, protegiendo así la actividad microbiana. Fotos: Alamy; Hanako; Shutterstock Muchas prácticas agrícolas tradicionales, algunas milenarias, siguen demostrando hoy su validez por su sabio respeto a los ciclos naturales. El huerto familiar permite incorporar algunas de ellas. En estas páginas repasamos cuáles pueden resultar útiles y cuáles no. Prácticas agrícolas tradicionales que se pueden aplicar en el huerto urbano Texto_ Raúl González Ibarra, agricultor y periodista Sí a la diversificación Frente al monocultivo típico de la agricultura industrial, la tradicional se ha basado siempre en la diversificación (en la foto). Esto supone, por un lado, no jugárselo todo a una carta, de manera que si un cultivo no se da bien, siem- pre haya otro que ese año produzca mejor. Por otro lado, cultivar una mayor diversidad de hortalizas, junto con la rotación de cultivos y el barbecho, es eficaz para mantener la huerta libre de plagas y enfermedades. Sí a las rotaciones Esta práctica está muy relacionada con la anterior. Se trata de aprovechar al máximo los nutrientes del suelo y obtener hortalizas mejo- res y más sanas realizando rotación de tem- porada, es decir, evitando plantar por ejemplo el huerto de verano en el mismo lugar donde se cultivó el año anterior. Y también rotar por tipos de especies para no cultivar repetidas veces en la misma parcela hortalizas con exigencias nutricionales similares. Así, es bastante habitual rotar hortalizas de raíz y bulbo (cebollas, puerros, chalotas, zanahorias, remolachas), hoja (lechuga, acelga, rúcula, borraja), fruto (tomates, berenjenas, pimien- tos, calabacines, pepinos), mejorantes (judías y guisantes, que nitrogenan el suelo, y coles). Sí a las semillas autóctonas Las semillas que se han ido seleccionando localmente durante generaciones son las que mejor adaptadas están a las condiciones de cada lugar. Sembrar variedades hortícolas de la zona y reproducirlas contribuye a man- tener la riqueza genética de nuestro patri- monio agrícola. Sin embargo, es posible que sean menos productivas que las variedades comerciales. En la foto, recolección y selec- ción de semillas de lechuga ya secas a la luz del sol. Te recomendamos leer Recolectar y conservar las semillas en verdeesvida.es . Sí al uso de estiércol local La agricultura y la ganadería han tenido desde sus inicios una relación simbiótica, por la cual cada una aprovecha los restos generados por la otra. Si el huerto familiar se encuentra en una zona rural es una buena opción utilizar estiércol de los ganaderos locales; se obtiene así un abono de buena calidad a la vez que se les ayuda a eliminar parte de los restos generados por su caba- ña. Hasta la aparición de los agroquímicos el estiércol ha sido (y es) el abono más utilizado. En general aporta altos niveles de nitrógeno. Consulta Abonos orgánicos: el reciclaje de la vida en verdeesvida.es .

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