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Plantas purificadoras: aire limpio dentro de casa

Algunas plantas decoran mientras obran un milagro: eliminan más de cien sustancias químicas potencialmente peligrosas suspendidas en el aire en los espacios sin buena ventilación natural: casas y oficinas, sin ir más lejos. La NASA y algunas universidades y empresas han investigado y certifican su capacidad para filtrar esos venenos nocivos para la salud humana. Una vez más, las plantas aportan una solución.

Una drácena, una Chamaedorea elegans y un filodendro en una oficina, todas ellas plantas de efecto purificador. Abajo, un espatifilo que, además, puede dar flor de forma continua. Copyright: Oficina Holandesa de Flores.

Se descubrió gracias al Cosmos lo que nos conviene en la Tierra. A partir de una amplia investigación sobre los componentes orgánicos volátiles (COV) acumulados en la estación espacial Skylab, la NASA elaboró a finales de los años 80 el informe Plantas ornamentales para la disminución de la contaminación interna del aire.

Lacas y barnices, bolsas de plástico, pinturas, disolventes, adhesivos, fibras sintéticas, impresoras, fotocopiadoras, productos de limpieza y de aseo personal... liberan sustancias que son filtradas por algunas plantas.
Por un lado, certificaba la presencia de esas sustancias en suspensión, potencialmente dañinas, que emanaban de objetos cotidianos como muebles, textiles, materiales sintéticos y equipos electrónicos; por otro, abría una puerta a la esperanza al comprobar cómo una larga lista de plantas de interior, apreciadas hasta ese momento solo por su cualidad ornamental, actuaban como eficaces filtros y sumideros de esos tóxicos. Es decir, hacen de centrales depurativas del aire viciado en los espacios cerrados con mala ventilación.

Desde entonces, la compañía Wolverton Environmental Services (WES, fundada por el doctor Bill Wolverton, principal responsable del informe), las universidades de Washington y Syracuse y Greenpeace han abundado en esa línea para optimizar la capacidad purificante de la naturaleza.

WES, por ejemplo, ha desarrollado filtros modulares basados en plantaciones de especies purificadoras, que se conectan con las canalizaciones de agua, circuitos de aire acondicionado, ventilación y calefacción de viviendas familiares y oficinas. Estos avances no descuidan los beneficios psicológicos de un ambiente limpio y verde: WES y Takenaka Garden Afforestation se han asociado para crear jardines ecológicos, diseñados para eliminar las toxinas presentes en el interior de los hospitales y contribuir a la recuperación del paciente con la presencia curativa de las plantas.

Químicos en el aire

El problema de salud pública que combate el ejército verde es ya conocido como síndrome del edificio enfermo. A saber: el cóctel de sustancias químicas que emiten todo tipo de materiales sintéticos acumulados en el interior de hogares y oficinas —hoy en día tan bien aislados en aras de la eficiencia energética —, y que se pueden concentrar en niveles dañinos para la salud si no existe una ventilación adecuada.

Entre la extensa lista de COV destacan por su toxicidad sustancias como los formaldehídos, el benceno, el tricloroetileno, el xileno, el amoníaco, la acetona... algunas de ellos de efectos cancerígenos. El origen de muchos de estos gases son las lacas y barnices, bolsas de plástico, pinturas, disolventes y adhesivos, fibras sintéticas, impresoras y fotocopiadoras, maderas aglomeradas, cocinas de gas, productos de limpieza del hogar y del aseo personal… ¡hasta el papel higiénico!

Hace tiempo que las organizaciones ecologistas exigen un reciclado verde a la industria química. Algunos estudios de la Agencia para la Protección del Ambiente, de Estados Unidos, demuestran que, sin el oreo adecuado de las viviendas con fuentes emisoras de estas sustancias, la contaminación interior puede ser de dos a cinco veces superior a la del ambiente exterior. Aseguran que esa acumulación de tóxicos no solo afecta a la salud humana sino también al funcionamiento de ordenadores y equipos electrónicos.

Alergias, fatiga, dolor de cabeza, asma, malestar, irritación y sequedad de ojos, de nariz y de garganta, congestión, sensación de pesadez, nerviosismo… son síntomas que se achacan a los edificios enfermos.

La acción benéfica de las plantas

Pero una vez más las plantas pueden ayudar al ser humano. La mayoría de las especies purificadoras proceden de ecosistemas selváticos: están acostumbradas a medrar en condiciones adversas, con altas tasas de humedad y poca luz, por lo que desarrollan un follaje abundante, de ahí su alta capacidad de filtrado.

Casi todas son viejas conocidas de los aficionados a la jardinería: hiedras, helechos, drácenas, ficus... pero también plantas de flor como azaleas, orquídeas, anturios, begonias... Estos pulmones vegetales, a diferencia de los humanos, tienen la facultad de captar todos esos tóxicos volátiles y deshacerse de ellos. Las hojas los absorben del aire y los convierten en materia orgánica —azúcares, aminoácidos, ácidos orgánicos— mediante un proceso llamado descomposición metabólica.

Pero, además, el vapor de agua que genera el follaje empuja los tóxicos hacia el sustrato, donde son biodegradados por microorganismos del suelo activados por las raíces. Se trata de un reciclaje natural perfecto, que tiene un positivo efecto de retroalimentación: cuantas más sustancias tóxicas les llegan, más se fortalecen los microorganismos, que se adaptan genéticamente y se alimentan de ellas. Por eso conviene aligerar las plantas de hojas inferiores para que el sustrato quede expuesto.

Este fenómeno también es la base de la depuración de aguas residuales mediante microorganismos. Wolverton recomienda reforzar este efecto con la combinación de varias especies para atacar la mayor variedad posible de COV. El científico hizo una recopilación de las más eficaces y fáciles de mantener en un libro de divulgación publicado en castellano como Plantas amigas de interior. 50 plantas de interior que purifican el aire del hogar y de la oficina.

Acción contra el polvo

Pero las plantas no solo depuran: según un estudio de la Universidad de Washington, además de producir oxígeno y aumentar la humedad ambiental, que reduce la sequedad de las vías respiratorias, la concentración de plantas en un área correspondiente a entre un 2 y un 5% del espacio arquitectónico reduce hasta un 20% el polvo acumulado en superficies horizontales.

Más información:

• www.sti.nasa.gov/tto/Spinoff2007/ ps_3.html

• www.earthcouncil.net/freshair.htm

  • 50 plantas purificadoras
    50 plantas purificadoras

    Esta es la lista de las especies y variedades, ordenadas por su poder purificador y facilidad de mantenimiento, que B.C. Wolverton menciona en ‘Plantas amigas de interior: 50 plantas que purifican el aire del hogar y de la oficina’.
    1. Areca (Chrysalidocarpus lutescens)
    2. Palmerita china (Rhapis excelsa)
    3. Palmera bambú (Chamaedorea seifrizii)
    4. Gomero (Ficus robusta)
    5. Drácena (Dracaena deremensis ‘Janet Craig’)
    6. Hiedra inglesa (Hedera helix)
    7. Palmera de Roebelen (Phoenix roebelenii)
    8. Ficus macleilandii ‘Alii’
    9. Helecho de Boston (Nephrolepis exaltata ‘Bostoniensis’)
    10. Espatifilo (Spathiphyllum sp.)
    11. Dracaena fragrans ‘Massangeana’
    12. Poto dorado (Epipremnum aureum)
    13. Helecho espada (Nephrolepis obliterata)
    14. Crisantemo (Chrysanthemum morifolium)
    15. Gerbera jamesonii
    16. Dracaena deremensis ‘Warneckei’
    17. Dracaena marginata
    18. Filodendro (Philodendron erubescens)
    19. Singonio (Syngonium podophyllum)
    20. Dieffenbachia ‘Exotica Compacta’
    21. Palmera bambú (Chamaedorea elegans)
    22. Ficus benjamina
    23. Cheflera (Brassaia actinophylla)
    24. Begonia semperflorens
    25. Philodendron selloum
    26. Philodendron oxycardium
    27. Sanseviera ‘Rabo de tigre’ (Sansevieria trifasciata)
    28. Dieffenbachia camilla
    29. Philodendron domesticum o Philodendron tuxla
    30. Pino de Norfolk (Araucaria heterophylla)
    31. Rey de corazones (Homalomena wallisii)
    32. Maranta tricolor (Maranta leuconeura ‘Kerchoveana’)
    33. Bananero enano (Musa cavendishii)
    34. Cactus de Navidad (Schlumbergera bridgesii y S. rhipsalidopsis)
    35. Ciso o Parra de interior (Cissus rhombifolia ‘Ellen Danika’)
    36. Espigosa (Liriope spicata)
    37. Orquídea Dendrobium sp.
    38. Cintas (Chlorophytum comosum ‘Vittatum’)
    39. Aglaonema crispum ‘Silver Queen’
    40. Anturio (Anthurium andraeanum)
    41. Crotón (Codiaeum variegatum pictum)
    42. Flor de Pascua o Poinsetia (Euphorbia pulcherrima)
    43. Azalea (Rhododendron simsii ‘Compacta’)
    44. Calathea makoyana
    45. Aloe vera (Aloe barbadensis)
    46. Ciclamen o Violeta de los Alpes (Cyclamen persicum)
    47. Bromelia piñuela (Aechmea fasciata)
    48. Tulipán (Tulipa gesneriana)
    49. Orquídea Phalaenopsis sp.
    50. Kalanchoe blossfeldiana

Reportaje completo nº 61 >> página 34