Filodendros: las hojas más escultóricas
La costilla de Adán es solo la hermana mayor, la más conocida y espectacular, de los cientos de filodendros que existen. Estos enamorados de los árboles han dejado la umbría de los bosques tropicales para aclimatarse en el interior de las casas.
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En realidad, la mayoría son lianas, de ahí el nombre: Philodendron, de philo, amor, y dendron, árbol. Plantas acostumbradas a trepar abrazándose a los grandes árboles de las selvas tropicales y subtropicales de América. De allí pasaron a los jardines de las regiones cálidas —en Canarias y Andalucía es frecuente verlos a la sombra en jardines y patios—, los invernaderos y el interior de las casas, ceñidos a un tutor envuelto en musgo. Sus largas raíces aéreas les permiten fijarse a los troncos (o sus sucedáneos) y los muros, de los que absorben la humedad. Aunque menos numerosas, hay también especies arbustivas.
Estas escultóricas hojas son siempre coriáceas y brillantes, especialmente en los cultivares ‘Emerald Queen’, de un verde extraordinario, y ‘Red Congo’. En el P. squamiferum y P. verrucosum, los pecíolos están recubiertos de un espeso pelo rojo. Puro trópico.
CULTIVOS, CUIDADOS Y MULTIPLICACIÓN
• Suelo: Los filodendros necesitan un suelo rico, húmedo, con buen drenaje y abundante materia orgánica.
• Luz: Necesitan luminosidad moderada; si se cultivan en el exterior deberá ser a la sombra o en semisombra. El exceso de sol amarillea y quema las hojas.
• Temperatura: Como plantas tropicales que son no soportan el frío (USDA 10-11). Viven mejor entre los 15º y los 22º. La temperatura mínima nocturna ha de ser 13-15º, y la mínima diurna, de 18-20º.
• Riego: El sustrato debe secarse entre riegos. El encharcamiento les resulta perjudicial. Conviene pulverizar con agua el follaje y las raíces aéreas, especialmente en verano. En invierno necesitan menos humedad.
• Abono: Cada 15 días, de marzo a septiembre, precisan abono para plantas de interior.
• Enemigos: La cochinilla y la araña roja son las plagas más comunes. Cuando hay exceso de humedad en el sustrato pueden aparecer hongos que producen manchas en las hojas.
• Limpieza: Las hojas se deben limpiar del polvo con un algodón humedecido con agua jabonosa; de paso se previene la proliferación y el ataque de insectos y ácaros.
• Poda: No se deben recortar las raíces aéreas ya que por ellas absorben la humedad. Las hojas amarillentas, viejas y rotas y las flores marchitas deben eliminarse. Mucho cuidado con la savia, que es irritante.
• Beneficios: Ejercen efectos purificadores en el ambiente (ver Plantas purificadoras).
• Plantación: Preferentemente en primavera.
• Multiplicación: En primavera, por acodo aéreo o esqueje apical. Conviene dejarlo en agua con un trozo de carbón vegetal hasta que emita raíces, antes de plantarlo.
• Macetas: No deben ser demasiado grandes respecto al tamaño de la planta, ni tan pequeñas que las raíces se apelotonen. Al plantar, el nivel de las raíces debe quedar entre 2 y 4 centímetros por debajo del borde del tiesto, y cubrirse con sustrato. Antes de regar por primera vez conviene dejar que el sustrato se seque del todo. Las hojas de la nueva planta deben humidificarse a menudo.
Información relacionada:
• Plantas purificadoras, Verde es Vida nº61, páginas 34-37.