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Rosa de China: de los jardines al interior

Como planta originaria del trópico, el Hibiscus rosa-sinensis se da muy bien en las zonas más cálidas de España. En un jardín pueden alcanzar un buen tamaño, pero en los centros de jardinería los encontrarás también de pequeño porte, ideales para terrazas o interiores.

La rosa de China es una planta perfecta para un rincĂłn del jardĂ­n, o en arriates, macizos y setos, mezcladas con otras plantas. Las variedades mini se pueden cultivar en el interior. Copyright: Oficina Holandesa de Flores y Grup Roig.

La cayena de los dominicanos y los colombianos de Barranquilla pertenece a un género, Hibiscus, que abarca más de 200 especies herbáceas, arbustivas y arbóreas originarias de las zonas tropicales y subtropicales del planeta, dentro de la familia de las Malváceas. El Hibiscus rosa-sinensis proviene del sudeste de Asia; de hecho es la flor nacional de Malaisia, donde se llama bunga raya.

En las zonas mediterráneas y del interior de España, los hibiscus deben plantarse al abrigo del frío y los vientos. Se dan maravillosamente bien en Andalucía y Canarias.
Sus flores, en forma de embudo abierto, lucen vivos colores entre un brillante follaje verde oscuro: desde el rojo escarlata hasta los rosados, asalmonados, anaranjados, blancos y amarillos de sus numerosos cultivares híbridos. Las hay de corola doble con pétalos arrebujados, o de corola simple, de la que sobresale su larga y característica columna de estambres.

Existen más de cien variedades de este hibiscus, entre las que destacan ‘Snow Queen’, ‘President’ y ‘Orange Eye’, entre otras. En los climas tropicales florece todo el año; en las regiones mediterráneas y continentales, las flores aparecen en verano y aunque su vida es efímera (uno o dos días), la planta no deja de producirlas hasta bien entrado el otoño.

Sus bellas flores y las dimensiones que alcanzan en ciertas variedades convierten a la rosa de China en una planta perfecta para crecer en solitario en un rincón del jardín, o en arriates y macizos, mezcladas con otras plantas. Pero, además, son muy adecuadas para setos: solo es necesario plantar varios ejemplares en línea y en unos meses se podrá disfrutar de una pantalla vegetal en flor, muy bella y original. En las regiones de clima continental se deberán ubicar contra un muro protegido, que decorará de manera espectacular.

Estos arbustos pueden superar los dos metros y medio de altura, y algunos cultivares crecen muy bien en tiestos y jardineras, que se pueden colocar en la terraza.

Qué cuidados necesitan

• Emplazamiento. Dado su origen tropical, los hibiscus necesitan abundante sol, calor y humedad: solo así sus flores se desarrollarán en todo su esplendor y su follaje persistirá (según el clima, pueden perder la hoja). En las regiones interiores de España es aconsejable situarlos al abrigo de un muro soleado, que los proteja del frío, las corrientes de aire muy fuertes y las heladas (letales si son plantas muy jóvenes).

• Suelo. No son muy exigentes con el sustrato, siempre que el drenaje sea eficaz, aunque prefieren los suelos fértiles, ricos en materia orgánica y frescos.

• Plantación. Se plantan en primavera y conviene acolchar el terreno con una capa de compost para proteger las raíces de posibles heladas tardías.

• Riego. Durante la floración conviene que no pasen sed, así que habrá que regarlos de forma regular, pero sin encharcar. El resto del año, solo hay que procurar que el suelo no se seque del todo.

• Poda. Para potenciar su floración y controlar su crecimiento, a finales del invierno o principios de la primavera, según el clima (en los más benignos florecen antes), necesitarán una buena poda. Manteniendo su estructura de ramas principales, es preciso acortar un tercio la longitud de los tallos; las flores surgirán en los brotes nuevos. Los esquejes permitirán reproducir los ejemplares (la mayoría, además, son híbridos).

• Plagas. Aunque son bastante resistentes, pueden ser atacados por la cochinilla, la araña roja, el pulgón o la mosca blanca, que se combaten con insecticidas, y algunas enfermedades fúngicas.

  • Cultivar hibiscus dentro de casa
    Cultivar hibiscus dentro de casa

    No es fácil cultivar una rosa de China en interiores, pero la belleza de sus flores bien justifica el intento. La regla básica para que florezca y las flores duren es, en primer lugar, evitar moverla, ni siquiera voltearla. Por eso hay que escoger desde un principio el lugar adecuado, donde reciba abundante luz.

    La parte aérea debe rociarse a menudo mediante pulverizaciones que le procuren humedad ambiental.

    El tiesto debe ser de un tamaño adecuado al de la planta, ni más ni menos; si se la trasplanta, debe ser a uno solo un poco mayor que el anterior.

    En pleno verano es preferible sacarla al exterior, pero a la sombra. En cuanto la temperatura empiece a bajar —menos de 15 grados— habrá que meterla de nuevo en casa, en una estancia fresca y sin calefacción. Después de un mes o mes y medio de reposo invernal, con riegos más bien escasos, convendrá podarla.

    Deberá regarse más a menudo cuando esté brotando. En primavera y verano le irá muy bien un abono para plantas de flor una vez al mes.
    Las flores secas deben cortarse.

  • Los otros hibiscus
    Los otros hibiscus

    La rosa de Siria (Hibiscus syriacus) es más tolerante con el clima y crece bien en regiones templadas y frías; sus flores, generalmente de tonos lilas y malvas, pueden alcanzar hasta los 12 centímetros de diámetro.
    Ofrece muchas variedades muy atractivas. Es de hoja caduca.

    Menos conocidas pero muy interesantes son especies como el Hibiscus calyphyllus, de flores amarillas con una mancha oscura en la base; Hibiscus coccineus, cuyos pétalos rojos se estrechan hasta separarse totalmente en la base, y el exótico Hibiscus schizopetalus, de pétalos finos rizados y larga columna estaminal.
    Foto: MarĂ­a Losseau

Reportaje completo nº 55 >> página 36