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Calas dentro de casa

¿Por qué no llevar a los ambientes de interior la sensación de frescor que evocan las calas? Entre mayo-junio y octubre, los cultivares compactos, ideales para tiestos, de estas plantas de hojas y tallos turgentes se llenan de espatas en forma de cerrados embudos de colores.

Flores rosadas, amarillo limón, púrpuras, anaranjadas... entre hojas verdes lisas o con decorativas pecas blancas… Plantas en forma de apretados ramos, perfectas para cultivar en tiestos dentro de casa o en una terraza. Foto: Flower Council of Holland

En los últimos años, las calas (oficialmente (Zantedeschia spp.) sorprenden por la gama de colores de sus flores —de las espatas en realidad, brácteas que envuelven los espádices en forma de dedo que son las verdaderas flores de estas plantas— y su forma compacta.

Las calas casan con cualquier decoración, pero lo artesanal y lo étnico son lo suyo, un guiño a su origen africano.

Estas plantas vivaces de larga vida gracias a su carnoso rizoma, florecen desde mediados de la primavera hasta octubre, siempre que se les proporcionen un ambiente luminoso, riego suficiente —hay que recordar que al aire libre encuentran su hábitat ideal a la orilla del agua— y poco más.

En los jardines es más común la Zantedeschia ethiopica, la cala blanca o alcatraz de toda la vida, pero también se pueden plantar estas variedades de flores de colores. Son capaces de soportar hasta -12º (zonas 8-11).


¿Qué cuidados necesitan las calas?

Las calas son plantas duraderas y no demasiado exigentes en cuidados. Dentro de casa suelen dar flor a lo largo de dos a 12 semanas, y más tiempo al aire libre, especialmente si las temperaturas no son demasiado cálidas o frías. Ofréceles estas condiciones:

• Luz: Procúrales un lugar luminoso y a la vez fresco para que la floración se prolongue. Si quieres tenerlas al aire libre, sitúalas en un lugar donde solo reciban el sol de la mañana, o en sombra siempre que sea luminosa.

• Riego: Dales agua de forma regular y asegúrate de que la tierra nunca se seque.

• Abono: Apórtales fertilizante para plantas de flor cada 15 días para garantizar una espléndida y prolongada floración.

• Plagas y hongos: En los ambientes poco ventilados, las flores y hojas pueden verse afectadas por el hongo Botrytis cinerea o podredumbre gris, y por la araña roja en los muy secos. En los jardines son una verdadera tentación para caracoles y babosas. Si ves hojas amarillas o secas, córtalas.

• Después de la floración: Si quieres conservar las calas hasta el próximo año dales descanso durante el invierno. Suspende el riego y deja que las hojas se sequen. Retira el rizoma de la tierra, límpialo y guárdalo; debes volver a plantarlo al final del invierno y regarlo para que despierte y emita hojas y nuevas flores.

• Precauciones: Cuando manipules las calas utiliza guantes ya que la savia es irritante.

Más información:

Un verano entre calas, azucenas y estrellas de Belén

  • Hojas blancas y flores púrpuras
    Hojas blancas y flores púrpuras

    Esta cala sorprende por las tonalidades de sus pequeñas hojas, blancas con un ribete verde, en contraste con el cálido color púrpura de las flores.
    Foto: Flower Council of Holland

  • Compactas como ramos
    Compactas como ramos

    Por su forma compacta, las calas de colores recuerdan un ramo. Los portatiestos de fibras vegetales les van de maravilla.
    Foto: Flower Council of Holland

Reportaje completo nº Especial >> página 14