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Melones y sandías: el sabor del verano

¿Puedes cultivar sandías y melones en tu huerto? Por supuesto, siempre que les ofrezcas las condiciones que necesitan para crecer adecuadamente. Puedes plantar planteles o sembrarlos en semilleros o de forma directa. Al cabo de unos meses cosecharás dos de las frutas más jugosas y dulces. ¡Nada más refrescante para el verano!

Las jugosas y dulces sandías y los melones se pueden cultivar con éxito en la mayor parte de España gracias al abundante sol y las altas temperaturas. Foto: iStock

Cultivar con éxito sandías y melones en el huerto exige satisfacer los siguientes requerimientos básicos:

• Exposición y temperatura: Son especies muy exigentes en calor y luz. Procúrales una exposición lo más soleada posible y asegúrales unos 15º para germinar y una media de 20-28º para desarrollarse de forma óptima. Las temperaturas bajo cero les resultan letales, por lo que la siembra y la plantación de planteles de melones y sandías debe efectuarse cuando haya pasado la época de heladas.

En tu centro de jardinería encontrarás semillas y planteles de melones y sandías listos para plantar. En pocos meses podrás disfrutar de tu cosecha.
• Espacio: Ambas especies tienen un porte rastrero-trepador que tiende a ocupar bastante superficie. Necesitarás reservar cierto espacio en tu huerto para que puedan desarrollarse de forma apropiada. El marco de plantación depende de la variedad, pero suele rondar entre 0,50 y un metro. También puedes cultivarlos en contenedor, siempre que sea grande. Probablemente su rendimiento será menor en estas condiciones y tendrás que tener especial cuidado en no excederte con el riego ni dejar que el sustrato se seque demasiado. Las hojas y frutos podrán salirse sin problema del contenedor y crecer por el suelo.

• Sustrato: Aunque no son especialmente exigentes, prefieren los suelos sueltos, bien drenados y con abundante materia orgánica. Los suelos pesados no los benefician y no toleran el encharcamiento. El melón se adapta mejor a condiciones desfavorables del suelo y tolera los sustratos básicos; por contra, no prospera bien en los ácidos. De todos modos, el rendimiento mejorará si se aporta abono orgánico —compost, estiércol, humus de lombriz— antes de la plantación.

• Riego: Melones y sandías se pueden cultivar en secano, pero rinden más en régimen de regadío. Durante la época de producción se puede aumentar la frecuencia de los riegos, pero sin excesos porque se puede provocar el agrietamiento de los frutos. Al regar se debe evitar mojar los tallos y hojas para prevenir enfermedades por hongos. El riego por goteo ayuda a evitar estos problemas.


Preparar la cama de cultivo

Antes de sembrar o plantar los planteles de melones y sandías hay que preparar cuidadosamente el suelo. Debes realizar una labor profunda para conseguir una buena textura y un sustrato suelto. Añadir abono orgánico te servirá para enriquecerlo y mejorar la estructura, de modo que sea capaz de retener agua y drenar bien al mismo tiempo.


Plantar planteles o sembrar

En tu centro de jardinería encontrarás planteles listos para plantar (lee más abajo sobre las ventajas de los planteles injertados), muy conveniente si el huerto es pequeño y solo puedes cultivar pocas plantas. Respeta el marco de plantación.

También puedes sembrar de febrero a junio:

• En semillero: Si mantienes el semillero dentro de casa o en un invernadero podrás adelantar un poco la época de siembra. A los melones y sandías, al igual que a la mayoría de las cucurbitáceas, no les gusta demasiado el trasplante, así que lo mejor es elegir bandejas de alveolos para que, llegado el momento de llevarlos al huerto, puedas plantar todo el cepellón, minimizando así el estrés que sufrirán las plántulas. Se desaconseja el trasplante a raíz desnuda. Cuando las plántulas tengan ya dos o tres hojas verdaderas podrás plantarlas en su lugar defi nitivo en el huerto.

• Directa: Siembra en golpes de 3-5 semillas por cada agujero. Cuando hayan germinado y veas que crecen adecuadamente acláralas dejando una o dos plantas por golpe.


Cosechar en el momento óptimo

Los melones se suelen cosechar a los tres meses de sembrados, y las sandías a los cuatro o cinco meses. Sin embargo, uno de los puntos más difíciles y polémicos en su cultivo es saber cuándo han alcanzado el momento óptimo de madurez para hacerlo. Determinar ese punto justo requiere mucha práctica. No obstante, existen algunos rasgos externos que pueden servir de orientación:

• Sandía: La sandía suele madurar unos 40 días después de la fecundación de la flor. Las maduras tienen la pulpa más esponjosa y pierden peso. Además, se puede oír un crujido característico al presionar la piel con los dedos. Otros signos de madurez son cuando el zarcillo más cercano al fruto se empieza a secar o cuando se ve que la piel cambia de color.

• Melón: La piel en contacto con la tierra se vuelve más elástica y amarillea. Otro indicador es que la base del pedúnculo más cercana al tallo se vuelve más flexible. También se puede presionar el fruto en la parte opuesta al pedúnculo y observar si cede a esa presión o si ha cambiado de color.

Ventajas de los planteles injertados

Una opción interesante es adquirir planteles de melón o sandía injertados en un patrón o portainjertos de otra cucurbitácea más vigorosa. De esta forma se obtiene una planta más resistente al estrés por frío, altas temperaturas y viento, y a las enfermedades, sobre todo al hongo Fusarium, que causa la podredumbre del cuello y las raíces, y ciertos nemátodos, microorganismos que atacan las raíces y producen deformaciones, amarilleamiento y marchitez en las plantas. Al ser más vigorosas son plantas más productivas.

Agradecemos a Raúl González Ibarra, horticultor y periodista, su colaboración con este artículo.

  • Sandía injertada
    Sandía injertada

    Sandía injertada F1 ‘Ingrid’, de Fitoralia, un híbrido de pulpa firme, crujiente y roja, muy dulce. Los frutos pesan entre dos y 2,5 kilos. También se injertan planteles de melón tipo ‘Piel de Sapo’.
    Foto: Fitoralia

  • Melón ‘Piel de Sapo’
    Melón ‘Piel de Sapo’

    Es probablemente el tipo de melón más común en la Península. Es muy vigoroso, resistente y capaz de adaptarse a distintos tipos de suelo y condiciones. La carne es muy dulce y crujiente. Los frutos pesan unos tres kilos.
    Foto: Semillas Batlle

  • Melón ‘Cantaloup’
    Melón ‘Cantaloup’

    De pequeño tamaño (pesan en torno a un kilo), su carne es muy dulce, de color asalmonado, textura suave y un delicioso aroma fl oral al madurar. Es más rico en beta-caroteno (provitamina A) que los demás melones.
    Foto: Semillas Fitó

  • Melón ‘Tendral’
    Melón ‘Tendral’

    Muy reconocible por su corteza rugosa de color verde muy oscuro, este melón de carne blanca, dulce, compacta y de exquisito sabor, se caracteriza por su maduración tardía (julio-octubre) y su excelente conservación.
    Foto: Semillas Batlle

  • Sandía ‘Crimson Sweet’
    Sandía ‘Crimson Sweet’

    Sandía de tipo vigoroso y productivo, de corteza verde claro con franjas oscuras, y carne dulce, de textura firme y color rojo. Los frutos pesan entre cinco y ocho kilos. Es resistente al hongo Fusarium. Foto: Semillas Batlle

  • Sandía ‘Sugar Baby’
    Sandía ‘Sugar Baby’

    Variedad precoz. Los frutos son de menor tamaño (3-5 kilos) pero la carne es roja y de sabor muy dulce, con semillas pequeñas y escasas. La corteza es de color verde oscuro apenas veteado.
    Foto: Semillas Batlle

  • Sandía sin semillas
    Sandía sin semillas

    Estas sandías son variedades que han sido sometidas a hibridaciones para no producir semillas maduras. Para que den frutos deben ser cultivadas junto a sandías normales que las polinicen.
    Foto: Semillas Fitó

Reportaje completo nº 79 >> página 56