Cultivar kiwis en el huerto
O el jardín, porque esta trepadora que produce esos frutos tan ricos en vitamina C y fibra también es digna de formar parte de él por su atractivo ornamental. Se puede cultivar en las regiones libres de heladas tanto del área mediterránea como de la cornisa cantábrica. Puedes comprar plantas de kiwi en tu centro de jardinería.
Además de productivo, el kiwi es una trepadora bonita, cuyos jugosos y decorativos frutos penden entre grandes hojas verdes.
Foto: Adobe Stock
Texto_ Raúl González Ibarra, agricultor y periodista
De pulpa jugosa, dulce y con un punto ácido, el kiwi (Actinidia deliciosa) es una fruta rica en vitaminas C (el doble que una naranja), E y K, cobre y potasio, entre otros minerales, y alto contenido en fibra. Contrariamente a lo que se suele pensar, no es originario de Nueva Zelanda, sino de China, aunque fue en el país austral donde tomó el nombre de kiwi y desde donde se extendió a todo el mundo, incluido nuestro país. A continuación, unos consejos para quien quiera probar a cultivar sus propios kiwis.
Los climas apropiados
Al ser una planta de hoja caduca, el kiwi tolera bien el frío invernal, pero las heladas tempranas podrían dañar los frutos en otoño y las tardías la floración primaveral. El efecto del hielo es especialmente grave en el kiwi, dado que florece en ramas del año anterior y no daría flores en los brotes nuevos, con lo que se podría perder la producción del año. Por todo esto, las zonas de producción más comunes en España son Levante y la cornisa cantábrica, donde las temperaturas son menos extremas que en la meseta.
Las plantas deben situarse en una exposición soleada, aunque pueden tolerar cierta semisombra, y al abrigo de los vientos fuertes.
La plantación ha de llevarse a cabo durante el periodo de reposo vegetativo. Para asegurar una implantación saludable, el sustrato ha de ser ligeramente ácido, con abundante materia orgánica y, sobre todo, buen drenaje para evitar el encharcamiento.
El kiwi es una trepadora de crecimiento vigoroso. Por ello será necesario preparar una estructura para su emparrado lo suficientemente sólida como para soportar el peso de la planta con sus frutos y resistir además las inclemencias del tiempo. La opción más duradera es una estructura metálica.
El marco de plantación depende de la variedad y el tipo de entutorado. En los cultivos con emparrado en T se suelen dejar entre tres y cinco metros entre plantas.
Necesidades de riego
Es un cultivo exigente en riego. La carencia de agua se manifiesta en estrés hídrico, lo que puede afectar al crecimiento de la planta y a la producción de frutos. Durante la fase vegetativa (a partir de la primavera) es esencial asegurarse de que el sustrato tenga siempre cierta humedad. Será necesario regar con frecuencia en los meses de más calor, que coinciden con la época en que aparecen y engordan los frutos.
La recolección, en otoño
Los kiwis se empiezan a cosechar a partir del segundo o tercer año, aunque las plantas no entran en plena producción hasta el séptimo u octavo. Los frutos se cosechan entre octubre y noviembre. En la producción profesional se mide el nivel de azúcar para decidir cuándo recolectarlos todos para almacenarlos y refrigerarlos.
Cuando se trata de una pequeña plantación en el huerto o el jardín se pueden ir probando kiwis al azar durante las fechas de recolección, ya que por el aspecto no se puede saber su grado de madurez. Una vez cosechados se deben guardar en un lugar frío o refrigerado, en cajas de fruta y sin apilarlos.
ENTUTORADO Y PODAS
• Poda de formación: Como el kiwi se entutora será necesaria una poda de formación que guíe a la planta sobre la estructura, que generalmente se realiza con postes en forma de T unidos entre sí por alambres. Tras la plantación se debe instalar a su lado un tutor que la ayude a subir hasta la estructura del emparrado; a partir de ahí se seleccionarán dos ramas principales que se bifurcarán en direcciones opuestas creando el esqueleto principal de la planta.
• Poda de fructificación: Al kiwi también se le efectúan podas de fructificación, recordando siempre que al florecer en las ramas del año anterior no se pueden eliminar demasiadas ya que se perdería la floración. Se suele podar en invierno dejando unas tres ramas laterales por metro, que al tener unas 20 yemas cada una asegurarán un número suficiente de flores y frutos para conseguir una buena producción.
• Aclareos: Como en otros frutales, también se suele realizar un aclareo del exceso de flor, eliminando las que tengan peor aspecto, así como un aclareo posterior de frutos suprimiendo los deformes y los que no hayan sido bien polinizados.
• Poda verde: Por último, es común realizar una poda en verde al final de la primavera para aumentar la iluminación y la aireación de las plantas. Las masculinas se suelen podar después de la floración, quitando follaje para que no sombreen a las femeninas. Después tendrán tiempo de generar ramas y yemas florales para la primavera siguiente.
EL KIWI DE CARNE AMARILLA
El kiwi amarillo o gold es una variedad obtenida recientemente en Nueva Zelanda a partir de otra especie: Actinidia chinensis. Los frutos tienen la piel más fina y lisa, una pulpa de color amarillo y, sobre todo, un sabor bastante más dulce y aromático que su pariente verde, la Actinidia deliciosa, lo que lo convierte en un kiwi gourmet notablemente más caro en las fruterías. Los que se consumen en España provienen de Italia. Se trata de una planta más sensible a plagas y enfermedades.
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