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Cultiva tu propio kale...

¿Qué es el kale, esa planta de la que todo el mundo habla? ¿Tiene que ver con la col rizada que consumían nuestros abuelos? Te contamos cuáles son las propiedades que han situado a esta verdura en la lista de superalimentos, y cómo cultivarla en tu huerto. Puedes aprovechar la primavera para sembrarla en semilleros.

Kale púrpura en el huerto y kale verde en una ensalada con un topping de arándanos y piñones. Fotos: Hanako y Shutterstock

Texto_ Raúl González Ibarra, agricultor y periodista

E kale es una variedad de col del grupo Acephala, esto es, una Brassica oleracea que no genera un cogollo central, sino que mantiene sus hojas abiertas. La palabra kale en inglés se refiere a una amplia variedad de coles de aspecto diferente entre sí, pero con la característica común de que no acogollan. En castellano el término es nuevo y se refiere normalmente a una col de hojas muy rizadas. Variedades de esta col ya eran conocidas y consumidas en nuestro país de forma tradicional.

En los últimos años esta hortaliza se ha puesto de moda al ser considerada un superalimento con multitud de propiedades nutricionales.
En los últimos años esta hortaliza se ha puesto de moda al ser considerada un superalimento con multitud de propiedades nutricionales. ¿Qué hay de cierto en esto? El kale es especialmente rico en calcio, el fortificante óseo por excelencia: 100 gramos de kale crudo contienen 150 mg de calcio, más que 100 g de leche, que aportan 125 mg. También contiene abundante vitamina K, que ayuda a la coagulación, y es una fuente de vitamina C, B6 y provitamina A. También contiene altos porcentajes de cobre, manganeso, hierro y otros minerales, y es rico en proteínas y fibra.

Todas estas propiedades hacen de esta col un alimento altamente saludable, muy recomendable para una dieta equilibrada. Sin embargo, todas las plantas de la especie Brassica oleracea —col común, lombarda, brócoli, coliflor, romanesco, coles de Bruselas, colirrábano o kohlrabi— tienen propiedades nutritivas similares y son igualmente aconsejables para una dieta sana. Por lo tanto, debemos entender que el kale no es el alimento definitivo destinado a sustituir a las demás hortalizas, sino un aliado más para enriquecer nuestra dieta y hacerla más equilibrada y saludable.

Cómo cultivarlo

El kale, como el resto de las coles, es una planta rústica, resistente a las heladas y fácil de cultivar. A sus propiedades alimenticias se suma su alto valor ornamental, con cultivares de formas y colores de hoja distintos.

Se cultiva principalmente en dos épocas del año: verano y otoño-invierno. Se puede sembrar directamente en la tierra, o en semilleros en las épocas de frío antes de llevarlo a la huerta, o comprar los planteles listos para plantar en los centros de jardinería.

Para tener kale en verano será preciso sembrar en semilleros unas 6-8 semanas antes de que finalicen las heladas primaverales (en torno a marzo en las regiones más frías de la Península). Para consumirlo en otoño-invierno se deber sembrar en verano, de manera que las plantas estén asentadas en la tierra antes de las primeras heladas otoñales. La siembra directa en la huerta se puede hacer por golpes de 3-4 semillas en un marco de plantación de unos 40 cm en una zona soleada. Cuando hayan germinado se han de aclarar las plantas sobrantes. El kale prefiere un sustrato rico en materia orgánica y bien drenado. Debe mantenerse húmedo sobre todo en las primeras fases del cultivo (sin encharcar).

Cuando las plantas estén crecidas y tengan unas 12 hojas ya se puede empezar a cosechar. Se lleva a cabo de forma escalonada, de manera similar a como se hace con las acelgas, es decir retirando cada vez algunas hojas exteriores, pero sin dejarla demasiado defoliada para que pueda seguir creciendo con vigor. De este modo se podrá disponer de hojas de kale durante toda la temporada.

Formas de preparar el kale

El kale se puede comer crudo en ensalada o como ingrediente en batidos de frutas y verduras. Otra opción es cocinarlo dentro de cualquier guiso, o como el plato de moda: los chips de kale, que consiste en trocear las hojas y deshidratarlas en el horno hasta que queden crujientes como si fueran patatas fritas.


... Y TU EDAMAME

Otro alimento que se está poniendo cada vez más de moda es el edamame. Con este nombre exótico que remite a su origen en el Lejano Oriente nos referimos a las semillas tiernas de soja (Glycine max) cuando todavía se encuentran dentro de su vaina. Al estar su fruto inmaduro, tanto la semilla de soja como su vaina se mantienen tiernas y fáciles de cocinar. Lo más habitual es escaldarlas o hacerlas al vapor para luego consumirlas con o sin la vaina. El edamame sería a la soja lo que las judías verdes a las alubias.

El cultivo de la soja en la huerta no es difícil. Las semillas se siembran entre abril y mayo a un palmo de distancia entre sí. No requiere suelos ricos en nitrógeno ya que, como todas las leguminosas, es capaz de obtener este nutriente del aire. El sustrato debe mantenerse con un cierto grado de humedad. Las vainas de edamame se cosechan a medida que van engrosando. Como el objetivo es consumirlas tiernas no se debe dejar que maduren y se sequen, a no ser que se quiera obtener semillas para la siguiente temporada.

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  • Un aperitivo de edamame
    Un aperitivo de edamame

    Un aperitivo de edamame, nombre japonés de las
    vainas y habas tiernas de soja.
    Foto: Shutterstock

Reportaje completo nº 98 >> página 56