Cultiva frutales tropicales en tu huerto
¿Te gustaría comer un mango maduro cosechado en tu propio huerto? ¿Desayunar una tostada con aguacate recién cogido del árbol? O disfrutar de un zumo de guayabas o de litchis de tu jardín... Ya es posible, siempre que dispongas de agua y los episodios de bajas temperaturas en tu zona no sean intensos o largos. El calentamiento global está propiciando el cultivo de frutales tropicales en sitios donde hasta no hace mucho el frío era un factor limitante. Los árboles que te enseñamos aquí también se pueden cultivar en grandes jardineras y macetones.
Litchi (Litchi chinensis)
Por su tamaño, porte y bonita estructura, este pequeño árbol nativo del sur de China y el norte de Vietnam bien podría cultivarse tanto en un pequeño huerto como en un jardín. Es una especie subtropical y tropical de follaje verde brillante y decorativos racimos de frutos rojizos, apta para las regiones de clima mediterráneo sin heladas o solo ligeras. Prefiere los suelos limo-arenosos, profundos y ricos en nutrientes, tanto ácidos como calizos. Para obtener una buena fructificación son precisos los aportes de agua y nutrientes. Sus exquisitos frutos, drupas de jugosa pulpa blanca, dulce y de exótico sabor, se pueden comer frescos, en almíbar y en macedonias. Destaca la variedad ‘Kway May Pink’.
Guayabo (Psidium guajava)
De copa abierta y aspecto arborescente, el guayabo suele alcanzar entre 3 y 5 m de altura, pero se puede mantener de 2 m mediante la poda. Prospera en muchos tipos de suelos, tanto pesados como arenosos, y tolera muy bien la sequía y el calor. Es sensible a las heladas. La forma de los frutos y el color de la pulpa cambian según la variedad: en el guayabo limón es de una tonalidad amarillenta; rosada en el guayabo fresa, y rosa intenso en el guayabo rojo, que además luce un follaje de color burdeos que lo convierte en un árbol de gran valor ornamental. Para obtener un óptimo rendimiento, los ejemplares de uno a cuatro años requieren aportes de abono NPK 1-1-1 y, a continuación, de 1-0,6-1.
Chirimoyo (Anona cherimola)
Además de sus deliciosos frutos, este árbol que alcanza los 7,5 m en su madurez, aporta su belleza natural, una densa sombra y un agradable perfume cuando florece. Desde hace mucho tiempo se cultiva en la costa mediterránea del sur de la Península, libre de heladas. Se adapta muy bien a todo tipo de suelos, siempre que drenen bien, pero los prefiere francos. Existen dos variedades seleccionadas en España: ‘Fino de Jete’, de finales del siglo XIX, y ‘Alborán’, desarrollada y registrada en el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea ‘La Mayora’ del CSIC, de gran dulzor y con muy pocas semillas y muy sueltas.
Mango (Mangifera indica)
Son muchas las variedades de mango disponibles, dada la popularidad de su exquisito fruto. La más representativa en España es la ‘Osteen’, que produce un fruto de carne suave, dulce y con escasa presencia de fibra, ideal para consumir con cuchara, al igual que los mangos ‘Keitt’ y ‘Kent, ambos con matices cítricos y un ligero toque ácido. Los frutos de estas variedades se recolectan en verde entre septiembre y noviembre. ‘Kensington’, por su parte, se distingue por su piel amarillo verdoso y alcanza su punto óptimo de madurez entre julio y agosto; desarrolla una copa redondeada y se adapta bien a los subtrópicos.
Aguacate (Persea americana)
Este árbol ofrece sus deliciosos frutos durante un largo periodo de recolección, pero solo se puede cultivar en zonas sin heladas y donde el termómetro no suba de 36º: sufre con el calor fuerte asociado a la baja humedad ambiental. Sus suelos óptimos son los francos o franco-arenosos bien drenados, ya que es muy sensible al encharcamiento, que le produce asfixia radicular y favorece el desarrollo de hongos de pudrición. No tolera la sequía, por lo que es necesario garantizarle riego. Exige una buena iluminación para fructificar satisfactoriamente. La variedad ‘Haas’ (en la foto de abajo) es la más conocida, pero existen muchas otras, entre ellas ‘Fuerte’, ‘Zutano’ y ‘Ettinger’, de piel verde y fina.
Consejos de cultivo
• En maceta: estos frutales se pueden cultivar en maceta o jardinera, siempre que sea grande, de 50-70 litros. Los ejemplares desarrollarán un menor tamaño que cuando están plantados directamente en el suelo, puesto que tendrán limitado el crecimiento de las raíces.
• El riego: no se puede descuidar, y mucho menos si viven en un tiesto.
• La fertilización: debe hacerse con NPK+Ca+microelementos y se recomienda aplicar bioestimulantes para floración y cuajado.
Agradecemos a Viveros Brokaw Spain la información aportada para estas páginas.
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