Descripción
Masas de espigas de color azul, violeta o lila caracterizan la floración de las nepetas, un género de vivaces que forman matas que pueden alcanzar entre 20 y 60 centímetros de altura, e incluso más en algunas variedades. Las más frecuentes en jardinería son la N. x faassenii y la N. racemosa o N. mussini, y sus diversos cultivares. Son aptas para la jardinería sostenible, ya que soportan la sequedad y pueden vivir sin dificultad en suelos áridos.
Hojas
El follaje es caduco y huele a menta (planta con la que comparten familia). En la N. x faassenii, las pequeñas hojas tienen reflejos plateados; en la N. racemosa son verdes y abundantes.
Flores
La floración de las nepetas se produce desde la primavera al otoño en forma de espigas formadas por pequeñas flores tubulares de color azul-violeta, lavanda o rosado. Son perfumadas y melíferas. Para potenciar la floración conviene suprimir las espigas marchitas.
Cultivo y cuidados
Vive mejor a pleno sol, aunque soporta perfectamente una situación en semisombra. Prefiere los climas moderados, pero resiste temperaturas de -10 grados. Le va cualquier tipo de sustrato, incluso pobre, siempre que cuente con buen drenaje; los suelos húmedos le resultan sumamente perjudiciales. Es muy resistente a la sequía y la aridez. Las nepetas deben plantarse en primavera. Como toda vivaz necesita una poda drástica a finales del invierno para rebrotar con fuerza. Las plantas se renuevan cada tres años dividiendo las matas en las últimas semanas de febrero.
De interés
Las nepetas son ideales para crear puntos o franjas de color en un jardín grande o pequeño, o en las jardineras de una terraza. Pueden usarse como tapizantes en taludes y rocallas.