Descripción
El Bulbine frutescens es otra planta nativa de la región del Cabo, en Sudáfrica, que gana presencia en la jardinería mediteránea de bajo riego, a la que aporta una floración continua en forma de largos racimos de florecillas amarillas o anaranjadas. Su aspecto es el de una hierba ornamental que produce flores, aunque las largas y finas hojas cilíndricas de esta vivaz subarbustiva son carnosas, una respuesta adaptativa a la escasez de lluvias de su zona de origen. Las matas son densas y redondeadas y tienden a extenderse formando masas gracias a las raíces adventicias que emiten los tallos. Tolera bien el calor y la falta de agua una vez establecido (en la escala de Olivier Filippi, el cultivar ‘Hallmark’ está clasificado 5/6), pero con el frío puede perder el follaje y rebrotar en primavera si el rizoma no se ha visto afectado. Se considera de bajo mantenimiento, no suele sufrir plagas y enfermedades y soporta el aire salino del mar. Crece rápidamente.
Estructura, follaje y flores
El específico frutescens significa arbusto, en alusión a su hábito de crecimiento y a la ramificación de los tallos, de los que salen abundantes hojas lineares. A pesar de lo que sugiere el nombre no es una bulbosa. Los abundantes racimos florales terminales surgen al cabo de largos y finos tallos de 50-60 cm, que doblan la altura de las matas. Las flores, muy apreciadas por las abejas y mariposas, son pequeñas estrellas de seis pétalos con plumosos estambres amarillos en el centro. El cultivar ‘Hallmark’, el más popular, es más compacto y da flores anaranjadas con una línea más oscura en el centro de los pétalos. En las zonas de clima suave, el Bulbine frutescens florece prácticamente todo el año.
Cultivo y cuidados
Es una planta de pleno sol, aunque la sombra ligera puede resultarle beneficiosa sobre todo en una exposición oeste. Admite todo tipo de suelos, de los más ricos a los pobres y rocosos, incluso calizos, siempre que sean ligeros y bien drenados. Lo ideal es enmendarlo con compost antes de plantar. Necesitará riego regular hasta enraizar, pero una vez establecido solo hará falta darle agua de forma esporádica; lleva mal el exceso de humedad en el sustrato, especialmente en otoño e invierno. No precisa abono, excepto si se cultiva en tiesto y con mesura. Al final del verano se deben recortar los tallos florales secos para que las matas ofrezcan un aspecto más cuidado e incentivar la refloración.
Usos
En rocallas y jardines de bajo riego, macizos de vivaces y macetas. También como cubresuelos por su rápida implantación y expansión.
Foto: Renée Grayson