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Fichas de plantas

Consulta las características y cuidados de las plantas ornamentales

Zonas 6-10: soporta hasta -23º
Pleno sol
Cualquiera, bien drenado
Bajo riego
Follaje caduco
Floración: primavera-otoño
Cápsulas largas con semillas
LAS FLORES DEL VALLE DEL ANTÍLOPE
Desde finales del invierno a mediados de mayo, la flor oficial de California protagoniza un deslumbrante espectáculo natural en diversos parajes de este estado norteamericano, en especial en Antelope Valley California Poppy Reserve, una reserva natural estatal al norte del condado de Los Ángeles, en el área climática del desierto de Mojave. A lo lejos, las colinas llenas de amapolas parecen empolvadas de azafrán, o crean coloridos tapices entremezcladas con otras flores silvestres californianas. No obstante, el hábitat natural de la Eschscholzia californica se extiende por toda la costa oeste de América del Norte, desde el sur del estado de Washington hasta México, así como de Nevada a Nuevo México. Vive bien cerca del mar (incluso soporta cierto grado de sal en el suelo) pero también en altitudes de 1.500 a 2.000 metros.
Plantas de flor

Eschscholzia californica

Amapola de California

Descripción

A pleno sol, las corolas anaranjadas y amarillas de la amapola de California crean un efecto incandescente. Pariente de la amapola silvestre, esta papaverácea adoradora del calor y adaptada a la sequía y los suelos pobres, florece sin desmayo desde marzo hasta que empieza el frío en el otoño. Es una vivaz de vida corta en los lugares libres de heladas (zona 10), que se suele tratar por lo general como planta anual y descartar tras la floración. Desarrolla matas bajas redondeadas de unos 30 a 50 centímetros de altura y diámetro. No precisa mantenimiento.

Matas y follaje

Las hojas azuladas y finamente divididas de la amapola de California dan a las pequeñas matas un aspecto plumoso de helecho. Las flores surgen al cabo de finos tallos no ramificados. Tras la floración, el follaje adquiere un tono pajizo.

Flores y frutos

Las flores, de aspecto sedoso y forma de copa, son solitarias y miden entre cuatro y siete centímetros de diámetro. Suelen ser simples y de cuatro pétalos. Habitualmente son de un vivo tono naranja o, con menor frecuencia, amarillo anaranjado. Hoy existen cultivares de flores semidobles y dobles, en un abanico de colores que incluye el crema, rosa, carmesí, lila y púrpura. Sus frutos son cápsulas dehiscentes muy alargadas, que se abren liberando gran cantidad de semillas.

Cultivo y cuidados

Necesita pleno sol para que se abran las flores, que permanecen cerradas de noche y los días fríos, nublados o de lluvia. Prefiere los suelos arenosos pobres o de riqueza media; que drenen bien es condición imprescindible para un desarrollo óptimo. Se siembra directamente en el terreno: en otoño en los climas suaves y en primavera en los más fríos. Tolera la falta de agua, pero agradece los riegos moderados, siempre dejando que la tierra se seque entremedias. Se la considera una planta libre de plagas y enfermedades siempre que se respeten sus condiciones de cultivo. Eliminar las flores marchitas incentiva la refloración, aunque se han de dejar algunas si se desea una resiembra espontánea. Se debe cortar al ras al concluir la floración. En algunos lugares, como Canarias, puede resultar invasora.

Usos

En mezclas de semillas de anuales y vivaces para crear praderas pictóricas. Es ideal para zonas costeras y expuestas. También funciona bien en rocallas y jardineras.

Foto: Shutterstock