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PLANTAS DE INTERIOR
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verde
es
vida
Por algo se las llama espada de San Jorge: sus largas hojas
rígidas y planas, o cilíndricas a modo de jabalinas, se elevan
desafiantes y nada parece ser capaz de hacerles mella. Tan
decorativas como resistentes, las sansevierias son imbatibles.
Sansevierias:
espadas en alto
L
as hay de porte erecto, con ho-
jas lanceoladas y curvadas de
color verde oscuro con vetas
horizontales más claras y, por
lo general, márgenes amarillos: son las
Sansevieria trifasciata,
popularmente co-
nocidas como espada de San Jorge o rabo
de tigre. Las hay en forma de rosetas de
apenas 15-20 centímetros de altura: son las
S. trifasciata
‘Hahnii’, de hojas color verde
oscuro con un leve veteado verde claro o
blanco, y con márgenes dorados en la ver-
sión ‘Golden’. Las hay de hojas cilíndricas,
a modo de pequeñas jabalinas que surgen
en abanico o manojo, de color verde agri-
sado y con estrías longitudinales: son las
Sansevieria cylindrica,
nativas de Kenia,
cuya presencia es cada vez más habitual en
los centros de jardinería; pueden alcanzar
un metro de altura. Y así hasta 130 espe-
cies, algunas incluso arborescentes como
la
S. metallica,
que supera los 1,5 metros.
Las sansevierias son herbáceas perennes
rizomatosas de follaje persistente. Las hojas
son carnosas y coriáceas, de un atractivo
color verde con manchas transversales en
un tono más claro o blanco (rojizo en algu-
nas especies), y acabadas en punta. En pri-
mavera o verano emiten largas varas en las
que surgen pequeñas flores perfumadas.
Estas plantas tienen en común un gran
potencial decorativo, al que se suma su es-
casa demanda de mantenimiento. Resultan
especialmente atractivas en los maceteros
más actuales, tanto dentro como fuera de
casa, en porches y terrazas. Eso sí, reclaman
exclusividad: por lo general no admiten la
presencia de otras plantas en su tiesto.
TRASPLANTE Y MULTIPLICACIÓN
Cuanto más apretadas, mejor viven las san-
sevierias; parecen
desconcertarse
cuando
se encuentran con mucho espacio disponible.
Sin embargo llega un momento en que ya no
caben en la maceta y hay que trasplantarlas.
Es la oportunidad de
separar las rosetas
o
dividir el rizoma
para multiplicar los ejem-
plares. Los meses ideales para hacerlo son
al comienzo de la primavera (marzo y abril).
Si la decisión es no dividirla,
el nuevo
tiesto solo habrá de ser un poco mayor que el
anterior. Es clave que el nuevo sustrato drene
bien. Lo ideal es una mezcla de arena con
turba y tierra de castaño. Se le debe asegurar
un buen drenaje con una capa de guijarros
o arcilla expandida en el fondo del recipiente.
Si se separan hijuelos
para obtener nuevos
ejemplares, la mejor manera de asegurarse
de que arraigarán es dejarlos en agua unas
semanas hasta que emitan raíces.
c
Colección de sanse-
vieras:
S. trifasciata
de
márgenes amarillos;
S. cylindrica,
y peque-
ñas ‘Hahnii Golden’ (en
la mesa). En la foto de la
izquierda, la planta ideal
para este tiesto lacado.
FOTOS: VONDOM; OFICINA HOLANDESA DE FLORES