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Papiros: belleza minimalista

La Humanidad le debe el primer papel sobre el que se escribió, pero el papiro es también una planta de innegables cualidades decorativas, que puede lucir sus esbeltas varas rematadas en ligeros penachos verdes en un jardín acuático minimalista e incluso en una hidrojardinera de diseño o en pequeñas macetas dentro de casa.

Matas de Cyperus papyrus formando una pantalla tan densa como ligera junto a una piscina. Copyright: iStock

Unas pocas plantas de papiro son suficientes para llenar de gracia el jardín acuático de una casa de diseño contemporáneo. Sus esbeltos tallos acabados en un penacho de finísimas hojas verdes casan a la perfección con la arquitectura más moderna. Pero también lucen de maravilla en grandes contenedores de líneas sencillas e incluso en tiestos pequeños para disfrutarlos dentro de casa en un ambiente lleno de luz.

Como planta de ribera, el papiro adora tener los pies mojados. Su lugar predilecto es dentro del agua, junto a un estanque, piscina o canal, o un suelo pantanoso.
El llamado papiro de Egipto (Cyperus papyrus), que era capaz de generar impenetrables muros verdes a orillas del Nilo, es una planta de gran valor ornamental. Los tallos pueden alcanzar entre 2,50 y tres metros de altura en las zonas donde el termómetro no baje de 10º (su temperatura ideal se sitúa entre los 20 y los 33º). En verano se adorna de espigas marrones de 10 a 30 centímetros de largo, rodeadas de brácteas muy parecidas a las hojas.

En los centros de jardinería encontrarás también versiones compactas del papiro de Egipto y especies parecidas, como Cyperus prolifer (incorrectamente llamado Cyperus papyrus ‘Nanus’), de 60 y 90 centímetros, y Cyperus haspan, de unos 70 centímetros y color verde amarillento, ideales para crear masas en el jardín o cultivarlos en macetas pequeñas.

¿Cómo hay que cuidarlos?

Como planta de ribera, el papiro adora tener los pies mojados. Su lugar predilecto es dentro del agua (pH 6 a 8,5), junto a un estanque, piscina o canal, o un suelo pantanoso. También puede vivir en tierra siempre que se mantenga muy húmeda. Son plantas vivaces de fácil cultivo y rápido crecimiento, poco propensas a las enfermedades.

Para que se conserven bonitas es mejor situarlas en una luminosa semisombra antes que a pleno sol, y a salvo del viento, que puede estropear los tallos. Al ser especies de origen africano no resisten temperaturas que bajen de -7º (zonas 9-10). Cultivar el papiro en maceta tiene la ventaja de que se puede llevar a cubierto a un lugar muy luminoso o a un invernadero para protegerlo del frío y las heladas apenas las temperaturas se aproximen a los 8º.

La única precaución que exigen estas especies es mantener bajo control la expansión de sus vigorosos rizomas, para lo cual se aconseja plantarlas en recipientes de terracota —un material suficientemente poroso para que el agua le llegue perfectamente a la planta—, que se pueden disimular con piedras. El mantenimiento se reduce a eliminar los tallos secos o quebrados al final del invierno y, en caso de necesidad, despejar el interior de las matas. Se multiplica por esquejes o dividiendo el rizoma en abril o mayo.

EL PAPIRO PARAGÜITA

Dentro del género Cyperus, que abarca unas 550 especies, destaca también por su atractivo el Cyperus alternifolius, llamado papiro umbela o paragüita por sus penachos formados por hojas más anchas y planas que los del verdadero papiro, dispuestas en forma de radios desde el ápice del tallo. Es una vivaz semiacuática y por lo tanto más adecuada como planta de interior. Desarrolla menor altura que el papiro de Egipto, generalmente en torno a 1-1,50 metros, e incluso existen cultivares aún más bajos, como el ‘Gracilis’. El Cyperus alternifolius albostriatus luce listas blancas en las hojas. Al final del invierno emite flores de color verde pálido reunidas en pequeñas panículas que se vuelven doradas y luego marrones. Necesita un suelo humífero, aun dentro del agua. Si se cultiva en un tiesto se ha de vigilar que el sustrato esté siempre húmedo, o cuente con una bandeja inferior con agua. Requiere los mismos cuidados que los otros papiros.

Más información:

Las plantas acuáticas más fáciles, Verde es Vida nº70, página 30 (ver en la web)

  • Espigas doradas
    Espigas doradas

    Espigas doradas entre las finísimas hojas de los penachos de papiro (Cyperus papyrus).Surgen en verano.
    Foto: DBarronoss

  • El protagonismo del papiro
    El protagonismo del papiro

    Cyperus papyrus sobre un lecho de piedras blancas en una casa diseñada por Pistou Kedem Architects en Israel.

  • En el arte egipcio
    En el arte egipcio

    Para hacerse una idea de cómo era el paisaje de marjales de papiro del delta del Nilo en tiempos de los faraones hay que recurrir a las imágenes actuales del delta del Okavango, en Botswana, donde forman masas verdes infranqueables. Esta planta omnipresente en el paisaje del Bajo Egipto, del cual se convirtió en símbolo (el loto era el del Alto Egipto), no solo proporcionaba el tejido vegetal que permitió fabricar el primer papel con que contó la Humanidad; tenía además aplicaciones en cestería, esteras, calzado e incluso barcas. Desde el punto de vista estético se convirtió en inspiración de un tipo de columna y estaba presente en la pintura. En la imagen, un jardinero ante tallos de papiro y una columna papiriforme, en la tumba de Ipuy en Deir-el-Medina, Tebas.
    Foto: Wiki Commons

Reportaje completo nº 79 >> página 28